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Mater Christi, Meditaciones Diarias | por Emilio Castrillón Hernández

  • Meditación del día:

Buenos días en la Fiesta de la Bienaventurada Virgen María del Rosario.

Este día de la Virgen del Rosario marca todo el mes de octubre, que se le dice el Mes del Rosario y se invita a todos los católicos a dos cosas. Una a rezar el Rosario todos los días de este mes de octubre. Dos que se hagan apóstoles del Rosario para enseñar y ayudar a otros a rezar esta importantísima oración a la Santísima Virgen María.

El Rosario es una oración contemplativa; sin la contemplación de cada misterio el Rosario resulta un cuerpo sin alma.
Es por ello que se corre el peligro de convertirse en una repetición mecánica de fórmulas.

Los Misterios del Rosario van recordando a Cristo con María: las obras realizadas por Dios por medio de Cristo y de María, haciendo memoria, con actitud de fe y amor, de aquellos acontecimientos.

El Rosario es el camino de María, del ejemplo de la Virgen de Nazaret: Mujer de fe, de silencio y de escucha.

Los misterios de Cristo que se contemplan en el Rosario son los misterios de María, pues nadie como Ella estuvo tan unida a la vida de su Hijo. Al mismo tiempo es el camino de una devoción mariana que es consciente de la relación que une a Cristo con María, su Madre.
María vive de Él y por Él, hace camino con Él y nos muestra ese camino a través del Santo Rosario.

El Rosario es una oración repetitiva. El Avemaría se repite diez veces, es una expresión del amor, que no se cansa de dirigirse a la persona amada, que es María.
La repetición del Avemaría se dirige directamente a María y con ella se dirige a Jesús. Esta repetición favorece el deseo de una configuración cada vez más plena con Cristo.
Podemos decir que el Rosario nos ayuda a crecer en esta configuración con Cristo, hasta la meta de la santidad.

El Rosario, oración mariana por excelencia, será siempre el medio seguro para poder afrontar todas las vicisitudes de la vida con la asistencia de María, nuestra Madre y nuestra Guía.

Que sepamos ofrecer a la Santísima Virgen María nuestro obsequio del Rosario bien rezado, y le pedimos que nos cubra con su manto para salir airosos de todos las embestidas del enemigo. AMÉN.


Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España



Meditaciones: Santos


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