Buenos días.
El poeta, dramaturgo y novelista francés del siglo XIX, Alfredo de Vigny, dijo: "El hombre es un aprendiz y el dolor su maestro”.
El dolor, que introdujo en la vida del hombre el pecado de Adán y Eva, es poliédrico por sus diferentes facetas y manifestaciones.
Las personas experimentan el dolor en todo su ser, bien sea en lo físico, en lo moral, en lo psíquico o en lo espiritual.
El dolor, que es la expresión más clara del desorden, del desequilibrio que puede experimentar la persona, la lleva a la necesidad, en un principio, de asumirlo, aceptarlo, y después intentar siempre revertirlo a la estabilidad propia de la persona en su estado normal de buena salud.
El dolor, efectivamente, enseña al hombre muchas cosas que necesita conocer y asumir para alcanzar la madurez y poder vivir, con ella y desde ella, todas las etapas de la existencia humana con buen juicio, prudencia y sensatez.
Lógicamente el dolor llevará a la persona a darle el tratamiento que le corresponda, pues no es lo mismo un dolor físico que un dolor moral, espiritual o psíquico, por lo que deberá acudir a quien realmente pueda ayudar a resolver tal situación de sufrimiento, pero siempre será importante saber vivir con humildad, la pobreza en la que todo dolor, y el sufrimiento que conlleva, somete a la persona.
Una cuestión interesante para reflexionar y tomar buena conciencia de que por muchos años que se tengan, siempre estará la persona en el aprendizaje de llegar a la plenitud, ya en esta vida y luego en la eterna.
Que María Santísima, la elegida del Padre para traernos al Salvador, nos ayude a aprender lo que es buscar el orden personal, que siempre ayudará a saber gestionar cualquier dolor que se manifieste en la propia existencia humana. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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Buenos días en la Solemnidad de Todos los Santos.
Hoy es un día transcendental para la vida de cualquier cristiano que mira con confianza y amor a su destino de eternidad, pues estamos celebrando la Gloria de Dios, la Gloria de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, en todos sus Santos, encabezados por la Santísima Virgen María y su Esposo San José, que tras vivir esta jornada terrenal, en la que nosotros estamos, llegaron a la Casa del Padre para vivir eternamente en su Amor, en su Gloria y en su Misericordia.
Aparte de compartir ese gran gozo, este día nos anima a poner todo cuanto podamos para poder compartir la alegría gozosa que tienen todos los Santos, también aquellos que nos precedieron en la Fe y estuvieron más o menos cerca de cada uno de nosotros, y que ya llegaron al Cielo porque supieron vivir con dignidad su compromiso bautismal, así como todo lo que pide la santa Ley de Dios y la doctrina que nos enseña la Santa Madre Iglesia.
Mirando a todos los Santos que, con toda la Corte Celestial, alaban y bendicen al Dios Creador, trabajemos desde nuestra Iglesia, que peregrina a la Casa del Padre, para ayudar a todos los hombres a que encuentren el camino que cada uno ha de seguir, para confluir todos en la gran comunidad de los hijos de Dios que lleguemos hasta el Cielo.
Hoy tiene todo sentido que digamos, cuanto más podamos: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días en la Conmemoración de todos los Fieles Difuntos.
Ayer Celebramos gozosamente a la Iglesia Triunfante, hoy la Iglesia nos pone ante la Iglesia Purgante, en la que están temporalmente los hermanos que nos han precedido en el camino de la Fe y que aún han de purificar sus faltas y pecados para poder llegar, con el corazón limpio, a la presencia de Dios: "Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios" (Mt 5,8).
En una mala interpretación de la economía de la salvación, se cae en el error de abandonar a estos hermanos de la Iglesia Purgante, porque a los difuntos se les dejan a la 'Misericordia de Dios' ignorando que algunos, la mayoría, no acceden al Cielo nada más morir, pues siempre habrá que purificar, ya que en vida tampoco se aprovechan todas las gracias que la Iglesia nos ofrece, para ir purificando las propias faltas y pecados conforme van surgiendo y se van reconociendo, para que llegada la muerte no hay que hacer escala en el Purgatorio.
Todo esto nos lleva a no realizar el mayor acto de caridad que se puede hacer, como es ofrecer sufragios por los fieles difuntos y abreviar así su tiempo de tránsito por el Purgatorio.
¿Y por qué digo que es el mayor acto de caridad?
Primero, porque es uno de los sagrados deberes de la Iglesia Peregrinante: orar por los fieles difuntos.
Segundo: porque ellos ya no pueden ‘merecer’ y sólo el paso del tiempo les irá purificando, en cambio, si nosotros les ofrecemos sufragios: la Santa Misa, oraciones, sacrificios, velas..., se les facilitará llegar al Cielo antes.
Tercero: A los necesitados de este mundo, siempre surge alguien que les ayude cuando tu pasas delante de un pobre y no le auxilias, pero a ellos, como no se les ve ni se les oye, pues si tú no les ayudas a abreviar la pena, quedarán hasta su último día de purificación.
No solo es una gran obra de caridad, sino que además llena el corazón de gozo porque se vive con más intensidad lo que se dice en la Profesión de Fe, que hicimos en el Bautismo y renovamos cada domingo y solemnidad en la Santa Misa: "Creo en la Comunión de los Santos”, y la vivo responsablemente.
Amemos mucho a nuestros hermanos que están en el tránsito del Purgatorio, recemos con insistencia por ellos, sabiendo además que es un camino que hemos de recorrer y necesitaremos de ayuda también, además de que contaremos con su ayuda, sin dudar, cuando alcancen la Bienaventuranza Eterna.
Uniéndonos hoy en la oración por los Fieles Difuntos, pedimos a María, nuestra Madre y nuestra Guía, que sea portadora de estos sufragios para el bien de las almas más necesitadas de ellos. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
No hay que alarmarse porque las personas cometan errores, pues es algo lógico de la condición humana; otra cosa es que se esté cómodo con los errores, que incluso se manejen para conseguir objetivos dudosos o intereses contrarios a la moral o al respeto que merecen los otros.
Del error, digamos involuntario o inconsciente, se pueden sacar enseñanzas de gran valor, como decía Maurice Maeterlinck: "Cada vez que cometo un error, me parece descubrir una verdad que aún no conocía”.
Pero para esto habrá que volver a esas virtudes, que no gustan a las personas muy sabidas de sí mismas y muy seguras de sus planteamientos: la humildad, la sencillez y la búsqueda de la verdad.
Cuándo nos convenceremos que las cosas de nuestro mundo son tan transitorias que solo tienen un valor relativo para nosotros, aunque haya que trabajar por ellas, pero hacerlo honradamente mirando a las generaciones siguientes para que encuentren un camino sólido en el que seguir construyendo los cielos nuevos y la tierra nueva.
Que aquí no se va a quedar nadie, lo que exige poner en valor esa frase que se usa mucho, sobre todo cuando interesa demagógicamente, "tener altura de miras”.
En este Primer Viernes de mes, ofrezcamos al Sagrado Corazón de Jesús el acto de reparación y expiación por los pecados que se siguen cometiendo contra Él, ofreciéndole nuestro corazón, un poco mejor que el mes anterior, deseoso de alcanzar la santidad de vida que Jesús nos pidió (cfr. Mt 5,48).
Sin que falte la oración por las necesidades de todos los Hermanos, que aquí nos volvemos a encontrar en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
Primer sábado de mes, en el denominado Mes de los Difuntos, que la Iglesia quiere que mantengamos la atención y la tensión en considerar el primer elemento de los Novísimos.
La muerte es el primer paso que la persona ha de dar, al final de su jornada terrenal, para entrar en la eternidad.
Producida la muerte, el alma comparecerá ante Dios en el juicio particular, segundo paso de los Novísimos, que derivará en la salvación o en la condenación.
Y en el primer supuesto, la salvación, aparecerá el Purgatorio en caso de que al alma le queden penas que purificar por los pecados cometidos.
En este estado la persona no tiene capacidad de ‘merecer’, por lo que pasará el espacio de tiempo que corresponda para la purificación necesaria, pero los que sí tenemos capacidad para merecer gracias y beneficios de Dios, podemos ofrecer los sufragios que el alma en el Purgatorio necesita para abreviar y completar su purificación.
Y esto, que la Iglesia hace todos los días en las celebraciones de la Santa Misa y la Hora de Vísperas, nos pide a los Fieles que lo hagamos cada día ofreciendo los propios sufragios que nos sean posible: la Eucaristía, el Vía Crucis, el Rosario, sacrificios, oraciones, velas..., con los que ayudaremos a las almas de los Fieles Difuntos a alcanzar cuanto antes la eterna Bienaventuranza, el Cielo.
Es así que la Iglesia quiere que durante el mes de noviembre actualicemos este amor a los difuntos, al tiempo que se viva el artículo de la Fe: "Creo en la Comunión de los Santos”, que es decir que creo y vivo la común-unión con todos los santos: los que viven triunfantes en Cielo, los que purifican en el Purgatorio y los que peregrinamos juntos hacia la Casa del Padre.
No será solo los primeros dos días de este mes de noviembre, sino los 30 días del mes, porque la propuesta es ‘el mes de los difuntos’, no 'los dos días de los difuntos'.
Se ha de reflexionar seriamente sobre esta cuestión, pues debemos hacer el camino propio para ayudar a los otros y ayudarse a sí mismo a llegar a la Casa del Padre, libres de todo impedimento cuando ya se esté en el tránsito de esta vida a la otra.
La Santísima Virgen María siempre ha mostrado un amor grande hacia estas almas, acude en su auxilio de forma continua, por eso, todo lo que a su Inmaculado Corazón podamos ofrecerle en este Primer Sábado, redundará, sin duda, en beneficio de los Hermanos que nos anticiparon y ahora viven anhelantes en el Purgatorio de todo lo que por ellos podamos dar de nosotros mismos. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días en el día del Señor.
En el evangelio que se proclama en este Domingo XXXI del Tiempo Ordinario, dice el Señor: "El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Mt 23,1-12).
Como vemos es un lenguaje claro y directo que pocas interpretaciones se pueden hacer, porque está marcando un estilo de vivir y actuar también muy definido: humildad, humildad y humildad
Y en el evangelio de San Lucas 14, 1.7-11), que se proclamó en la Misa de ayer sábado, el Señor, en una parábola con la que habla a los comensales en una casa de uno de los principales en la que entró a comer, insiste: "...Amigo, sube más arriba. Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.
La humildad es un concepto que se entiende perfectamente, pero que no está tan claro en el corazón de las personas, a juzgar por las reacciones que se tienen en la convivencia ordinaria, tanto doméstica, como laboral o social.
Es muy conveniente estar en guardia para que esta virtud florezca en el propio corazón, se la cuide, se la fomente y se la haga florecer, pues de su mano pocas equivocaciones se tendrán en esta vida y muchos méritos se obtendrán para el día del juicio particular.
Recordar lo que dice el Libro del Apocalipsis en 14,13: "Oí una voz del cielo, que decía: Escribe: ¡Bienaventurados los muertos, los que mueren en el Señor! Sí, dice el Espíritu, que descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan”. Sus obras inspiradas y sustentadas por la humildad.
Al Señor Resucitado te ruego pidas, en una oración ferviente, por todas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
Decía Thomas Fuller: "Todo es muy difícil antes de ser sencillo”, algo que parece interesante para pensar un poco, ese ejercicio que en el mundo actual no parece que sea muy deseado ni frecuentado.
Ante lo desconocido se encuentran muchas dificultades para afrontarlo, incluso se prefiere renunciar ya que no se sabe bien qué pasará, pero una vez ha habido que hacer frente, la cosa ha resultado muy diferente hasta llegar a ser algo sencillo.
¿Por qué las personas seremos tan inseguras cuando realmente en la vida las cosas son muy sencillas?
Será quizás porque elucubramos mucho y las complicamos, para después entrar en la inseguridad que desestabiliza e introduce a la persona en la duda, con lo que ya está perdida.
Recordemos aquellas palabras del Señor Jesús: "Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno” (Mt 5,37), que siempre buscar ‘enredar’, agrego yo.
El camino hacia la vida eterna es sencillo, pero los ‘afanes de la vida’, que dirá también el evangelio, traen a las personas tan absortos que pierden la sencillez y hasta el sentido de la realidad trascendente en la mayoría de los casos.
Con Fe y Esperanza recemos a Dios Padre, Señor de la Vida y de la Historia, para que nos fortalezca con su Espíritu y podamos alcanzar su Gloria, caminando por los caminos sencillos que enseña el Señor Jesucristo. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
Avanzamos ya por este mes de noviembre hacia el final del Año Litúrgico, que será el domingo 26, Solemnidad de Cristo Rey del Universo, dando paso, con el Tiempo de Adviento, al nuevo Año Litúrgico.
Ello nos invita a esa preparación, que podríamos decir ya que es continua, a cerrar el año en la paz de Dios por la frecuencia sacramental, particularmente con la confesión, pues es la mejor forma de estar en vela, preparados con las lámparas encendidas, como pide el Señor en el evangelio.
Mantenerse en la Gracia de Dios es, sin duda, la mejor garantía de estar viviendo en el agrado de Dios y, a la vez, estar dispuestos a cumplir la Voluntad del Altísimo cada día hasta llegar al tránsito definitivo.
El mes de los Difuntos nos presenta cada día la realidad de la muerte, pero no en abstracto, sino en primera persona, mi muerte, la que debería amar para poder acogerla con el respeto debido cuando la Providencia de Dios lo determine.
Y siguiendo, cada día de este mes, en el recuerdo de los fieles difuntos, recemos hoy por ellos y ofrezcamos los otros sufragios que tengamos posibilidad, de la mano de María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
También conviene considerar durante este mes de los difuntos otro punto de los Novísimos: el Cielo, pues hacia él caminamos con la viva esperanza de llegar a él lo antes posible, una vez superado el tránsito de esta vida terrenal.
Os ofrezco el texto de la visión que tuvo Santa Faustina Kowalska del Cielo, no solo para recrearse en la experiencia que tuvo ella, que hoy ya lo disfruta eternamente, sino para reflexionar sobre los detalles que nos ofrece y que pueden ayudarnos a vivir, desde la virtud teologal de la Esperanza, la certeza que nos da la Fe, al saber que nuestro Dios Trinitario: Padre, Hijo y Espíritu Santo, allí nos está esperando.
Dice Santa Faustina: "27 XI [1936]. Hoy, en espíritu, estuve en el cielo y vi estas inconcebibles bellezas y la felicidad que nos esperan después de la muerte. Vi cómo todas las criaturas dan incesantemente honor y gloria a Dios; vi lo grande que es la felicidad en Dios que se derrama sobre todas las criaturas, haciéndolas felices; y todo honor y gloria que las hizo felices vuelve a la Fuente y ellas entran en la profundidad de Dios, contemplan la vida interior de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que nunca entenderán ni penetrarán.
Esta fuente de felicidad es invariable en su esencia, pero siempre nueva, brotando para hacer felices a todas las criaturas. Ahora comprendo a San Pablo que dijo: Ni el ojo vio, ni oído oyó, ni entró al corazón del hombre, lo que Dios preparó para los que le aman.
Y Dios me dio a conocer una sola y única cosa que a sus ojos tiene el valor infinito, y éste es el amor de Dios, amor, amor y una vez más amor, y con un acto de amor puro de Dios nada puede compararse. Oh, qué inefables favores Dios concede al alma que lo ama sinceramente. Oh, felices las almas que ya aquí en la tierra gozan de sus particulares favores, y éstas son las almas pequeñas y humildes.
Esta gran Majestad de Dios que conocí más profundamente, que los espíritus celestes adoran según el grado de la gracia y la jerarquía en que se dividen; al ver esta potencia y esta grandeza de Dios, mi alma no fue conmovida por espanto ni por temor, no, no absolutamente no. Mi alma fue llenada de paz y amor, y cuanto más conozco a Dios tanto más me alegro de que Él sea así. Y gozo inmensamente de su grandeza y me alegro de ser tan pequeña, porque por ser yo tan pequeña, me lleva en sus brazos y me tiene junto a su Corazón.
Oh Dios mío, que lastima me dan los hombres que no creen en la vida eterna; cuánto ruego por ellos para que los envuelva el rayo de la misericordia y para que Dios los abrace a su seno paterno. Oh amor, oh rey.
El amor no conoce temor, pasa por todos los coros angélicos que hacen guardia delante de su trono. No tiene miedo de nadie; alcanza a Dios y se sumerge en Él como en su único tesoro. El querubín con la espada de fuego que vigila el paraíso, no tiene poder sobre él. Oh, puro amor de Dios, qué inmenso e incomparable eres. Oh, si las almas conocieran Tu fuerza” (Diario de Santa Faustina 777-781).
Ensanchado el corazón con estas revelaciones de Santa Faustina, sólo nos resta seguir, de la mano de María, nuestra Madre y nuestra Guía, el camino de conversión para llegar al Cielo cuando la Providencia Divina disponga nuestro tránsito personal. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
Sabemos la gran necesidad que tenemos de que la oración forme parte esencial en la vida del cristiano.
En la práctica de la oración tenemos la oración de intercesión, que se ha de hacer ordinariamente para pedir a Dios las gracias que necesiten otras personas, o para hacerle presente situaciones concretas.
Parece que estamos en un momento que se necesita con premura esta oración de intercesión, de forma colectiva y comunitaria, por tantos acontecimientos que se están sucediendo a los diferentes niveles de la sociedad mundial, nacional, local, etc.
Las virtudes teologales siempre han de estar presentes en la vida cotidiana, pero hay situaciones y momentos, como los actuales, en los que han de tenerse muy presentes para, desde la Fe y la Esperanza, poder obrar según la conciencia cristiana en el espíritu de la Caridad.
Hagamos toda la oración de intercesión que podamos, para que alcance de Dios Padre Todopoderoso las Gracias que devuelvan a este mundo la serenidad y la cordura de la buena y cristiana convivencia.
Sabemos que el Santo Rosario es una gran arma espiritual, que podemos poner en manos de la Santísima Virgen María, para que Ella pueda también interceder en estas situaciones tan endiabladas. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
La Iglesia celebra hoy al Papa San León Magno, que su papado, en palabras del Papa Benedicto XVI, "fue sin duda uno de los más importantes en la historia de la Iglesia”.
Nació en Toscana, Italia en el siglo V; recibió una esmerada educación y hablaba muy correctamente el idioma nacional que era el latín, era un romano aristócrata y fue el primer Papa en haber recibido el título de "Magno”, que significa "Grande”.
Impulsaba a seguir los buenos valores: amor, amistad, paciencia, tolerancia, misericordia, teniendo en cuenta los dones de cada uno sin hacer alardes, porque la humildad es otro valor que tenemos que hacer presente en nuestra vida.
Tuvo que luchar fuertemente contra dos clases de enemigos: los externos que querían invadir y destruir a Roma, y los internos que trataban de engañar a los católicos con errores y herejías.
Llegó a ser Secretario del Papa San Celestino, y de Sixto III, y fue enviado por éste como embajador a Francia a tratar de evitar una guerra civil que iba a estallar por la pelea entre dos generales. Estando por allá le llegó la noticia de que había sido nombrado Sumo Pontífice. Año 440.
Desde el principio de su pontificado dio muestra de poseer grandes cualidades para ese oficio. Predicaba al pueblo en todas las fiestas y de él se conservan 96 sermones, que son verdaderas joyas de doctrina. A los que estaban lejos los instruía por medio de cartas. Se conservan 144 cartas escritas por San León Magno.
Su fama de sabio era tan grande que cuando en el Concilio de Calcedonia los enviados del Papa leyeron la carta que enviaba San León Magno, los 600 obispos se pusieron de pie y exclamaron: "San Pedro ha hablado por boca de León".
En el año 452 llegó el terrorífico guerrero Atila, capitaneando a los feroces Hunos, de los cuales se decía que donde sus caballos pisaban no volvía a nacer la yerba. El Papa San León salió a su encuentro y logró que no entrara en Roma y que volviera a su tierra, de Hungría.
En el año 455 llegó otro enemigo feroz, Genserico, jefe de los vándalos. Con este no logró San León que no entrara en Roma a saquearla, pero sí obtuvo que no incendiara la ciudad ni matara a sus habitantes. Roma quedó más empobrecida pero se volvió más espiritual.
De esta biografía tan rica os dejo esta exhortación suya: "No te rindas nunca, ni cuando la fatiga se haga sentir, tampoco cuando tu pies tropiecen, ni cuando tus ojos se quemen, tampoco cuando tus esfuerzos sean ignorados, ni cuando la desilusión te humille, ni cuando el error te desanime, tampoco cuando la traición te hiera, ni cuando el éxito te abandone, tampoco cuando la ingratitud te desaliente ni cuando la incomprensión te rodee, tampoco cuando el aburrimiento te derribe, ni cuando el peso del pecado te aplaste. Invoca a Dios, aprieta los puños, sonríe ¡y recomienza!”.
Encomendemos a este Santo Papa, León Magno, la Santa Iglesia y todos los conflictos en los que nos encontramos inmersos. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
Hoy nos fijamos en otro santo cuya vida tiene mucho que enseñar a los que vamos peregrinando a la Casa del Padre, me refiero a San Martín de Tours, cuya Fiesta celebramos hoy.
Nació en Hungría, pero sus padres se fueron a vivir a Italia. Era hijo de un veterano del ejército y a los 15 años ya vestía el uniforme militar.
Durante más de 15 siglos ha sido recordado por el hecho que le sucedió siendo joven y estando de militar en Amiens (Francia). Un día de invierno muy frío se encontró por el camino con un pobre hombre que estaba tiritando de frío y a medio vestir. Martín, como no llevaba nada más para regalarle, sacó la espada y dividió en dos partes su manto, y le dio la mitad al pobre. Esa noche vio en sueños que Jesucristo se le presentaba vestido con el medio manto que él había regalado al pobre y oyó que le decía: "Martín, hoy me cubriste con tu manto".
Sulpicio Severo, discípulo y biógrafo del santo, cuenta que tan pronto Martín tuvo esta visión se hizo bautizar. Luego se presentó a su general y le dijo: "Hasta ahora te he servido como soldado. Déjame de ahora en adelante servir a Jesucristo propagando su santa religión".
En seguida se fue a Poitiers donde era obispo el gran sabio San Hilario, el cual lo recibió como discípulo y se encargó de instruirlo.
Como Martín sentía un gran deseo de dedicarse a la oración y a la meditación, San Hilario le cedió unas tierras en sitio solitario y allá fue con varios amigos, y fundó el primer monasterio que hubo en Francia. En esa soledad estuvo diez años dedicado a orar, a hacer sacrificios y a estudiar las Sagradas Escrituras.
Un día en el año 371 fue invitado a Tours con el pretexto de que lo necesitaba un enfermo grave, pero apenas estuvo en la catedral toda la multitud lo aclamó como obispo de Tours, y por más que él se declarara indigno de recibir ese cargo, lo obligaron a aceptar.
En Tours fundó otro monasterio y pronto tenía ya 80 mojes. Los milagros, la predicación, y la piedad del nuevo obispo hicieron desaparecer el paganismo de esa región, las conversiones eran de todos los días. A los primeros que convirtió fue a su madre y a sus hermanos que eran paganos.
Recorrió todo el territorio de su diócesis dejando en cada pueblo un sacerdote. Fue el fundador de las parroquias rurales en Francia.
Dice su biógrafo y discípulo, que la gente se admiraba al ver a Martín siempre de buen genio, alegre y amable. En su trato empleaba la más exquisita bondad con todos.
En los 27 años que fue obispo se ganó el cariño de todo su pueblo, y su caridad era inagotable con los necesitados. Los únicos que no lo querían eran ciertos tipos que deseaban vivir en paz con sus vicios, pero el santo no los dejaba.
Supo por revelación cuándo le iba a llegar la muerte y lo comunicó a sus discípulos. Estos reunidos junto a su lecho le suplicaban: "¿Te alejas padre de nosotros, y nos dejas huérfanos y solos y desamparados?". El santo respondió: "Señor, si en algo puedo ser útil todavía, no rehúso ni rechazo cualquier trabajo y ocupación que me quieras mandar". Pero Dios se lo llevó.
El medio manto de San Martín, el que cortó con la espada para dar al pobre, fue guardado en una urna y se le construyó un pequeño santuario para guardar esa reliquia. Como en latín para decir "medio manto" se dice "capilla", la gente decía: "Vamos a orar donde está la capilla". De ahí viene el nombre de capilla que se da a los pequeños recintos que se hacen para orar.
Que San Martín nos alcance tantas gracias y bendiciones de Dios como estamos necesitando. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días en el Día del Señor.
Es fácil comprender que a los hombres de nuestro tiempo no les sea fácil entender al Señor Jesucristo, tanto en sus afirmaciones, como en sus consejos o advertencias.
El evangelio que se proclama hoy en la Santa Misa es la parábola de las vírgenes necias y las vírgenes sensatas, Mateo 25,1-13, que concluye con esta advertencia: "Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora”.
Esto de ‘velar’ no va con una generación que se cree poseída de todo y no necesitada de casi nada, porque está acostumbrada a tener al alcance de su mano aquello que quiere o que necesita, pero no se da cuenta que vivir así es ser como las ‘vírgenes necias’ de la parábola, pues serán sorprendidos cuando el Señor se haga presente, bien porque les llamen de este mundo a la eternidad, bien porque surja cualquier imprevisto de cualquier índole, y no digamos si es de los graves e irreversibles.
En el evangelio el sentido de ‘velar’ no es simplemente estar despiertos y vigilantes en la noche, sino en todo momento, para poder darse cuenta de lo que se tiene ante sí y dar la respuesta adecuada, por eso hay que trabajar cada día para mantener esta actitud en todo momento y poder ser incluidos en el grupo de las ‘vírgenes sensatas’.
Te pido que reces al Señor Jesús Resucitado, para que sus bendiciones ayuden a los Hermanos en todas sus necesidades e intenciones, y así poder alabar a Dios siguiendo el ejemplo de María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
Las palabras son el medio de comunicación ordinario de las personas, aunque también están los gestos, las obras o lo que se denomina como 'lenguaje corporal'.
Por ello se dicen muchas palabras que, no todas, son portadoras verdaderas de aquello que, cimentado en la Verdad de Dios, construyen convivencia sana, cargada de Caridad.
Pero en nuestro mundo cuesta discernir las palabras que se las puede denominar como mentirosas o engañosas, porque, al menos, adolecen de responder a la Verdad. Y esto pasa porque no es la Palabra de Dios la que ilumina el discernimiento que se debería hacer de todo lo que se oye.
Mira la perícopa del evangelio que se proclama hoy, lunes de la 31ª semana del T.O., en la Santa Misa, Lucas 17,1-6: "En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: Lo siento, lo perdonarás.
Los apóstoles le pidieron al Señor: Auméntanos la fe. El Señor contestó: Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: Arráncate de raíz y plántate en el mar. Y os obedecería”.
Como ves este texto tiene muchas claves a tener en cuenta; veamos:
"Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca!”
¿No se cumple esta palabra? ¿no hay escándalos hoy, además públicos y notorios? Asumirlos, sin denunciarlos de alguna manera, ¿no tendrá alguna responsabilidad moral?
"Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: Lo siento, lo perdonarás”.
Este consejo evangélico no es fácil cumplirlo en toda su extensión, pero se debe intentar hacerlo para poder vivir en el agrado de Dios y, además, en la propia conversión.
Finalmente, nos encontramos con aquella petición de los apóstoles, quizás abrumados por todo lo que están viendo y oyendo: "Auméntanos la fe”, lo que también podría o debería ser una petición ordinaria que nos propusiéramos hacer cada día, al menos una vez.
No nos dejemos arrastrar por las palabras por mucho que parezcan ‘cantos de sirena’, pues lo mismo que cada uno comprueba en su propia vida, que no se cambia de un día para otro, de los malos hábitos, vicios o pecados, las palabras ociosas, mentirosas, embaucadoras, de aquellas personas que las han repetido una y otra vez, dejaran de serlo porque lo digan de las mejores maneras posibles. Porque, encima, no cumplen con lo exigido por el Señor Jesús, esto es, reconocerlo.
Estamos en tiempo de mucha responsabilidad personal, por eso los que creemos en el Amor de Dios Todopoderoso, hemos de rezar, día y noche, de la mano de María, nuestra Madre y nuestra Guía, para que su Gracia envuelva este mundo y aparezca la LUZ poderosa de la Gracia, que destruya todas las tinieblas que nos asfixian. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
Nuestra relación con Dios no es al estilo humano, carnal, sino espiritual.
Decía San Cipriano que "Dios no escucha la voz sino el corazón”, lo que no quiere decir que desprecie, al contrario, la humanidad de las personas con sus posibilidades y cualidades, sino que su sintonía con el hombre está en la clave del espíritu, que llamamos, también, corazón o alma.
Asimismo podemos considerar la diferencia que hay entre el mundo terrenal y el mundo sobrenatural, al que nos sentimos impulsados precisamente por la vía del espíritu, del alma.
Dirá San Pablo a los Efesios, 6,12: "Porque nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas, contra los espíritus malignos del aire...”
Interesante que sepamos distinguir entre lo carnal y lo espiritual, en los dos sentidos: Luz y Tinieblas.
Te pido que reces con fe y esperanza por todas las intenciones y necesidades de los Hermanos, que una vez más nos encontramos aquí en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
El pasaje que ayer citábamos de la carta a los Efesios, 6,12: "Porque nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas, contra los espíritus malignos del aire...”, nos muestra que se ha de ser conscientes que los enemigos no son solo los que se pueden tener en este mundo, sino que son los que en principio señala el Apóstol en el mismo capítulo de la carta a los Efesios: "Por lo demás, buscad vuestra fuerza en el Señor y en su invencible poder. Poneos las armas de Dios, para poder afrontar las asechanzas del diablo...”, siguiendo el texto de más arriba.
Y seguidamente, ya en los versículos del 13 al 18 nos da la solución para ‘afrontar las asechanzas del diablo’. Dice San Pablo: "Por eso, tomad las armas de Dios para poder resistir en el día malo y manteneros firmes después de haber superado todas las pruebas. Estad firmes; ceñid la cintura con la verdad, y revestid la coraza de la justicia; calzad los pies con la prontitud para el evangelio de la paz.
Embrazad el escudo de la fe, donde se apagarán las flechas incendiarias del maligno. Poneos el casco de la salvación y empuñad la espada del Espíritu que es la palabra de Dios. Siempre en oración y súplica, orad en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con constancia, y suplicando por todos los santos”.
El texto es muy elocuente y claro, solo habrá que leerlo con detenimiento, fijarse en los puntos y palabras claves y, eso sí, obedecer a lo que dice, a lo que enseña y recomienda, con lo que se podrá salir triunfante en el Señor Jesucristo Resucitado. Este es mi deseo para cada uno de nosotros, en estos momentos en los que hemos de vivir la FE, en la Esperanza y la Caridad con perseverancia e insistencia.
Hoy, día miércoles, encomendemos a San José todas nuestras intenciones, y supliquemos su Patrocinio para esta tierra de su Santísima Esposa, que es España. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
En este día complicado y difícil del mes de noviembre, en el que la oración debe ser nuestro quehacer continuo, impetrando la Misericordia de Dios, para nuestro pueblo de España y para nuestro mundo, me he decidido a traer nuevamente el Himno litúrgico dedicado al Ángel Custodio, al de cada uno de nosotros y al de todas las personas, para que podamos conseguir que ellos nos sostengan y hagan llegar nuestras oraciones, con más confianza y determinación, al trono de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
"Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día.
Aunque espíritu invisible, sé que te hayas a mi lado, escuchas mis oraciones y cuentas todos mis pasos.
En las sombras de la noche, me defiendes del demonio, tendiendo sobre mi pecho tus alas de nácar y oro.
Ángel de Dios, que yo escuche tu mensaje y que lo siga, que vaya siempre contigo hacia Dios, que me lo envía.
Testigo de lo invisible, presencia del cielo amiga, gracias por tu fiel custodia, gracias por tu compañía.
En presencia de los ángeles, suba al cielo nuestro canto: gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Amén”.
Confiando en la intercesión de María, nuestra Madre y nuestra Guía, ofrezcamos también, con la mayor asiduidad que podamos, el Santo Rosario, arma silenciosa que en la constancia obra milagros como los que se necesitan ahora. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
Dwight Lyman Moody escribió: "Dios tiene dos tronos. Uno en lo más alto del cielo y otro en el más humilde de los corazones”.
Bien sería de desear que en nuestros propios corazones Dios pudiera tener uno de sus tronos, porque encontrara un corazón no sólo humilde sino también pobre, necesitado totalmente de Él.
Nadie duda que necesita de Dios, pero esto es algo de aquello que las personas reconocen con facilidad: ‘necesitamos mucho de Dios’, decimos. Pero, realmente, ¿cuánto espacio le dejamos a Dios en nuestras vidas en nuestras decisiones, particularmente cuando estas responden a esos sentimientos, pensamientos o palabras nocivas, que surgen del corazón orgulloso y soberbio?
En todas las épocas ha habido personas en las que los pecados capitales estaban muy presentes, pero hemos de concluir que en nuestro tiempo, no es que digamos que haya más o menos, pero lo que sí podemos afirmar es que el pecado campea, sobrevuela y atenaza a muchas personas hasta hacer un clima muy alejado de Dios, que causa gran tristeza, pero también mucha preocupación.
Mucha preocupación porque los desórdenes morales de tanta repercusión en la sociedad, no sólo queda en el sentimiento de las personas, sino que estimula para que sean más los que imiten tales excesos, y a nivel espiritual desgasta y hasta deteriora o destruye los cimientos de la propia sociedad, aunque ello no se crea así.
No hay otra solución más que la conversión de los corazones, pero no los de los otros, sino el propio el primero.
Hoy, viernes, recemos al Sagrado Corazón de Jesús en desagravio de los ultrajes y blasfemias que sufre su Divino Corazón, y pidámosle que nos libre de todas las maldades de nuestros corazones, para que puedan ser éstos tronos de Dios. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
La oración de intercesión, que es la que necesitamos elevar a Dios en estos momentos tan convulsos en los que nuestro mundo está inmerso, necesita ser muy perseverante e insistente.
Pues se ha de tener en cuenta un par de cosas.
Una, que las personas en sí mismas, se cansan con facilidad de mantenerse firmes, sobre todo cuando ven que no logran los objetivos propuestos.
Otra, que la lucha entre la Luz y las Tinieblas no es cosa tan sencilla como para poder resolver, lo que se trate, simplemente con una oración, por muy fervorosa que sea.
Se ha de insistir, se ha de perseverar y se ha de atender, una vez más, a los consejos evangélicos.
Aunque, también habrá que tener en cuenta el comportamiento de las personas, de cada uno, que con sus palabras y acciones pueden influir en el conflicto, según sus obras.
Y aquí, sólo dos citas iluminadoras de la Biblia.
Col 4,2: "Sed constantes en la oración; que ella os mantenga en vela...”
Lc 11,5-10: "Y les dijo: Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle; y, desde dentro, aquel le responde: No me molestes; la puerta ya está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos; os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Pues yo os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre”.
A María Santísima le pedimos que nos ayude, pues no en vano Ella es la omnipotencia suplicante, que alcanza de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo cuanto le pide. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días en el Día del Señor.
Entramos en la semana previa al final del Año Litúrgico que nos llevará a la Solemnidad de Cristo Rey del Universo.
Es importante atender a la Palabra de Dios de este domingo XXXIII del Tiempo Ordinario del Ciclo A, pues ya está marcando ese horizonte final de la vida.
Habría dos referencias a las que prestar atención.
Una está en la segunda lectura de la Santa Misa, de la primera carta a los Tesalonicenses 5,1-6, en la que San Pablo advierte: "En lo referente al tiempo y a las circunstancias, hermanos, no necesitáis que os escriba, pues vosotros sabéis perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en la noche...Así, pues, no nos entreguemos al sueño como los demás, sino estemos en vela y vivamos sobriamente”.
Estemos en vela y vivamos sobriamente: esta frase nos daría para una reflexión muy amplia, pero será suficiente que cada uno la tome muy en serio, la interiorice y organice su vida para mantenerse en estos postulados, pues no es difícil concluir que la enseñanza de San Pablo ilumina todo lo que nos rodea.
La otra referencia que indicaba, la encontramos en el evangelio de San Mateo 25,14-30, cuando el Señor Jesús, en la parábola de ‘Los talentos’ le habla al siervo que recibió un solo talento y no negoció con él: "Eres un empleado negligente y holgazán...; Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene”. Palabras duras, muy duras las del Señor, que terminará calificando al siervo como ‘inútil’.
Cada uno podrá sacar sus propias conclusiones y enseñanzas para aplicarse.
Que el Señor Resucitado nos bendiga y nosotros sepamos vivir como nos ha enseñado, con la asistencia de la Virgen María que siempre nos recuerda el modelo que debemos seguir: su Hijo Jesús. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
Albert Einstein dijo: "El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad”.
Es este un pensamiento interesante porque pone sobre el tapete el tema de la maldad, realidad que está por encima de las personas y que solo cuando éstas se dejan invadir por ella se hacen personas malas.
De aquí podríamos considerar lo que es la realidad diabólica en toda su extensión, que incita y lleva a la persona al desorden y hasta la destrucción de los valores más elementales de la condición humana salida de las manos de Dios.
La maldad se muestra agresiva y déspota, hasta tal punto que no tiene límites cuando la persona, que es la única que la puede parar, se deja seducir por ella y pone su libertad y su voluntad a su servicio.
En este orden resulta muy interesante escuchar a San Pablo lo que les dice a los Tesalonicenses en la segunda carta 2,7-12: "Porque el misterio de la iniquidad está ya en acción; apenas se quite de en medio el que por el momento lo retiene, entonces se manifestará el impío, a quien el Señor Jesús destruirá con el soplo de su boca y aniquilará con su venida majestuosa. La venida del impío tendrá lugar, por obra de Satanás, con ostentación de poder, con señales y prodigios falsos, y con todo tipo de maldad para los que se pierden, contra aquellos que no han aceptado el amor de la verdad que los habría salvado. Por eso, Dios les manda un poder seductor, que los incita a creer la mentira; así, todos los que no creyeron en la verdad y aprobaron la injusticia, recibirán sentencia condenatoria”.
Y ya será importante reflexionar también con el texto del Libro del Apocalipsis: 19,11-21.
Teniendo en el horizonte el final del Año Litúrgico y en medio de nuestra historia actual, recemos con Fe y Esperanza al Señor Jesucristo para que su liberación se haga ya realidad en nosotros, evitando por su Misericordia los sufrimientos que acarrea toda maldad.
Que María, nuestra Madre y nuestra Guía, interceda por nosotros para que sepamos ser fieles al Bautismo recibido. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
Hoy la Iglesia nos muestra la tierna imagen de la Virgen Niña cuando fue presentada en el Templo por sus padres.
Este hecho en la vida de la Santísima Virgen nos muestra cómo María de Nazaret estuvo entregada a Dios desde su más tierna infancia, entrega que mantuvo a lo largo de su vida hasta hacerla su Hijo Madre de todos los creyentes, y así continua, por toda la eternidad, sirviendo a Dios en la atención y preocupación de todos nosotros.
Contemplando la figura de la Virgen María desde esta Fiesta de hoy y en la perspectiva de toda su vida, podemos llenarnos de estímulo, de ilusión y de coraje para intentar seguir sus huellas, que enseguida se convierten en seguir las huellas de su Hijo, que no es otra cosa que vivir en el deseo y agrado de Dios Padre Todopoderoso.
A esta Virgen Niña hoy la pedimos que nos ayude a volver a nuestra inocencia de niños, y así poder escuchar las palabras de su Hijo que, en el evangelio de hoy, le oímos decir a Zaqueo y a los que murmuraban por hospedarse en su casa: "Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido” (Lc 19,10).
Qué gran consuelo para nuestras vidas, que caminan en medio de la lucha de este mundo descreído, que se empeña en empujarnos por caminos que nos desvían del Amor de Dios.
Que la Santísima Virgen María, junto con sus Padres San Joaquín y Santa Ana, que fueron los que la llevaron al Templo, con todo lo que ello representó, nos ayuden a hacer día a día, el camino de conversión personal que cada uno necesite. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
¡Ven Señor Jesús!
Exclamación que encontramos al final del Libro del Apocalipsis (Ap 22,20).
Los capítulos 21 y 22 de la Apocalipsis son de una gran importancia, por varias razones, para releerlos en estos momentos de la historia: social, mundial y, de una forma muy significativa, personal.
Versículo 7: "Mira, yo vengo pronto. Bienaventurado el que guarda las palabras proféticas de este libro”.
Versículos 12-17: "Mira, yo vengo pronto y traeré mi recompensa conmigo para dar a cada uno según sus obras. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para tener acceso al árbol de la vida y entrar por las puertas en la ciudad. Fuera los perros, los hechiceros, los lujuriosos, los asesinos, los idólatras y todo el que ama y practica la injusticia. Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para dar testimonio de esto a las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David, la estrella radiante de la mañana. El Espíritu y la esposa dicen: ¡Ven! Y quien lo oiga, diga: ¡Ven!. Y quien tenga sed, que venga. Y quien quiera, que tome el agua de la vida gratuitamente."
Versículo 20: "Sí, vengo pronto. Amén. ¡Ven Señor Jesús!”
Os invito a meditar este gran espectáculo que nos espera vivir y, por ello, preparar nuestro corazón para que podamos gritar: ¡Ven, Señor Jesús!, para poner orden en el prop corazón, para dar la vida a y por los que viven en cualquiera de las esclavitudes de nuestro siglo, cautivos de libertad y engañados por el Padre de la mentira, como llama Jesús al demonio. (Jn 8,44).
Rezad al Padre Dios para que sepamos esperar al Señor Resucitado, viviendo en el agrado de su Amor y de su santa Ley. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
Seguimos avanzando hacia el final del año litúrgico y hoy la perícopa del evangelio de San Lucas, 19,41-44, que se proclama en la Santa Misa nos puede decir mucho a nosotros, quizás como aviso, pues sería terrible que lo fuera en el mismo sentido que lo fue para Jerusalén.
"Al acercarse (Jesús) y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía: ¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos. Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita”.
Cuando a las personas, incluso a los pueblos, se les avisa sobre alguna consecuencia que puede resultar del comportamiento que están teniendo, y se empeñan en no hacer caso, llega un límite que cuando se rebasa no tiene retorno, que es lo que aquí el Señor, con lágrimas en sus ojos, lamenta de Jerusalén que no reconocieron su venida, su visita.
Dice el Señor: "¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos”. Han traspasado los límites y ya no es posible que se den cuenta ‘lo que les lleva a la paz’.
Deberíamos reflexionar seriamente sobre la propia vida, porque este llanto, este lamento de Jesús, se repite cada vez que ve que un hermano suyo, por el que dio su vida en la Cruz, se precipita a los abismo donde solo hay ‘llanto y rechinar de dientes’ (Mt 8,12; 13,42.50; 22,13; 24,51; 25,30).
Una vez más, de la mano de María, nuestra Madre y nuestra Guía, recemos hoy, jueves, a Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar, en expiación y reparación de todos los pecados, propios y de toda la humanidad. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
Ultimo viernes del mes de noviembre, día penitencial que nos ofrece la oportunidad de ofrecer hoy nuestros actos de penitencia y sacrificios, en sufragio de los difuntos que aún purifican sus faltas en el Purgatorio.
Ofrecer nuestra ayuda a estos hermanos que nos precedieron en el camino de la Fe, que todavía no han llegado a la plenitud del Amor en la Casa del Padre, es el mayor acto de caridad que podemos realizar, pues son tan pocas las personas que mantienen la sensibilidad por ellos, que ciertamente son muy preciadas las oraciones y sufragios que por ellos podamos ofrecer.
Ya sabemos que el sufragio principal que se puede ofrecer es la Santa Misa, pero también la Coronilla de la Misericordia, el Santo Rosario y cualquier otro ejercicio de piedad y de amor.
Pues, al Sagrado Corazón de Jesús, hagamos cuantos actos de reparación y expiación podamos hoy, para desagraviar tantas ofensas e injurias que se propagan contra Él.
Y a María, nuestra Madre y nuestra Guía, le pedimos con Fe y Esperanza que nos alcance del Padre de las Misericordias, cuantas gracias necesite cada uno de los Hermanos que en Ella nos encontramos aquí un día más. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días
Encontramos en las homilías de San Juan Crisóstomo un pensamiento que nos puede iluminar para ver si estamos en condiciones de ser instrumentos de Dios.
Él dice: "Los instrumentos de Dios son siempre los humildes”, por lo que será fácil deducir nuestro servicio divino a partir del grado de humildad, no que tenemos, sino en la que vivimos.
Una vez más hemos de aceptar que ser humildes no es fácil, máxime en unas circunstancias como en las que nos movemos y que empujan a la persona a sobresalir en todos los órdenes y en todos los lugares: orgullo, soberbia, vanidad...
Pero lo importante será ser conscientes de las ‘pobrezas’ que lleva cada uno consigo mismo, y lejos de quererlas ocultar o avergonzarse, habrá que aprender a convivir con ellas, superar las que sean posibles y abrazar las que se manifiesten por limitaciones físicas o psíquicas que se puedan tener.
Ser instrumentos del Señor es el orgullo de cualquier bautizado, razón por la que siguiendo la enseñanza de San Juan Crisóstomo, busquemos ser pobres y humildes, sin tener que hacer muchos esfuerzos, pues se trata de ser lo que se es en la sencillez del corazón, que acepta y confía siempre en Dios, que nos ama a cada uno tal como es.
A María Santísima, en este día sábado, le pedimos vivir en su escuela de pobreza y humildad, pues Ella es el gran espejo en el que nos podemos mirar y aprender. Le pedimos también que nos alcance todas las gracias y bendiciones que cada uno necesite. AMÉN
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días en la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.
Esta Solemnidad da fin al Año Litúrgico en el que tenemos la posibilidad de Alabar y Bendecir al Señor Jesús, como Rey del Universo.
Confiemos que sea también Rey de nuestro corazón, porque al fin tú y yo, en orden de nuestra libertad, podemos darle el propio corazón para que reine en él o negárselo, porque prefiramos seguir el camino de pecado.
Sabemos que el prefacio de la Misa es el cántico de alabanza con el que se da paso a la plegaria eucarística; pues el prefacio de la Misa de hoy es tan hermoso que no me resisto a compartirlo con vosotros.
Dice así: "En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque consagraste Sacerdote eterno y Rey del universo a tu único Hijo, nuestro Señor Jesucristo, ungiéndolo con óleo de alegría, para que ofreciéndose a sí mismo como víctima perfecta y pacificadora en el altar de la cruz, consumara el misterio de la redención humana, y sometiendo a su poder la creación entera, entregara a tu majestad infinita un reino eterno y universal: el reino de la verdad y de la vida, el reino de la santidad y la gracia, el reino de la justicia, el amor y la paz.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, santo, santo...”
Os deseo que gocéis con esta hermosa oración, viendo cómo es el Reino de Dios que el Señor ofrece al Padre: "... entregara a tu majestad infinita un reino eterno y universal: el reino de la verdad y de la vida, el reino de la santidad y la gracia, el reino de la justicia, el amor y la paz”.
Prestando la máxima atención a las lecturas que se proclaman es la Santa Misa: Ez 34,11-12.15-17; 1Cor 15,20-26.28; Mt 25,31-46, prestemos atención a la descripción que hace San Mateo de lo que será el juicio final, y vivamos con la mayor Esperanza posible la propia conversión que nos irá acercando al Señor con paso firme y seguro.
Y reza, por favor, a María, nuestra Madre y nuestra Guía, para que nos asista a cada uno, que podamos cerrar este Año Litúrgico en Gracia, paro lo que si fuera necesario acudamos al sacramento de la Confesión. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
En este día de la Fiesta de la Virgen de la Medalla Milagrosa, comencemos por hacernos eco del último mensaje de Nuestra Señora la Virgen Reina de la Paz, el pasado día 25 de noviembre en Medjugorje: "¡Queridos hijos!, que este tiempo esté entretejido de la oración por la paz y de las buenas obras, para que la alegría de la espera del Rey de la Paz se sienta en vuestros corazones, en vuestras familias y en el mundo que no tiene esperanza.
¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”
Qué bonito consejo-petición de la Santísima Virgen: ‘que este tiempo esté entretejido de la oración por la paz y de las buenas obras’.
Oración y buenas obras nos pide la Virgen María, ‘para que la alegría de la espera del Rey de la Paz se sienta en vuestros corazones, en vuestras familias y en el mundo que no tiene esperanza’.
La espera del Señor, que la Iglesia nos pone en el Centro del Tiempo de Adviento, que comienza el próximo domingo. Primero, la Parusía, la espera del Señor que llega, en Poder y Gloria, para juzgar a los vivos y los muertos, y segundo, la espera de volver a Celebrar la primera venida del Señor: su Nacimiento de las entrañas purísimas y virginales de Santa María, Madre de Dios.
Que la llegada del Rey de la Paz se sienta con toda alegría ‘en el mundo que no tiene esperanza’.
En este Mensaje se nos ofrece poner en marcha, en la mayor expresión que sea posible en cada uno, el espíritu de oración y la práctica de las buenas obras, para que conjuntadas, entretejidas dice la Virgen, sepamos esperar y ayudar a los otros a que esperen también con alegría, la llegada del Rey de la Paz.
María Santísima señala al mundo que no tiene esperanza, ¿quién tiene que enseñar los caminos de la Esperanza a los hombres descreídos y desesperanzados de hoy? Supongo que deberás ser tú y yo, y todos los bautizados que sean responsables de las Promesas Bautismales hechas.
Al calor de la Madre Santa María, revisemos nuestros corazones para ponerlos en luz y en marcha para ‘entretejer la oración con las buenas obras’ y conseguir así un mundo lleno de la Paz que nos da el Señor Jesucristo. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
No solo estamos en los últimos días del Año Litúrgico, sino que también estamos al final del Mes de los Difuntos, lo que nos propicia comentar la séptima Obra de Misericordia de las corporales: Enterrar a los muertos.
El pueblo cristiano siempre tuvo una gran veneración y, por consecuencia, un gran respeto y cuidado por los difuntos, que se prolongaba más allá de darles cristiana sepultura.
Con el paso de los años, entrados en esta sociedad descreída, materialista y secularizada, no es que se haya llegado todavía hasta el desprecio de los muertos, pero sí a llevar el trámite de la muerte de los otros con una cierta frialdad o, quizás, frivolidad.
Por supuesto que las personas sienten sufrimiento por la pérdida de los seres queridos, pero una vez que se consuma esta pérdida por la muerte, se resolverá lo más rápidamente posible la gestión siguiente, la incineración o la sepultura, imponiéndose poco a poco la primera fórmula, fomentada por los poderes públicos por falta, dicen, de espacio para cementerios, con lo que se va perdiendo también la costumbre de visitar las sepulturas para orar allí por los muertos.
No estaría de más, en este ambiente propio del Mes de los Difuntos, que reflexionásemos sobre el ejercicio de esta Obra de Misericordia: ‘Enterrar a los muertos’, planteando, una vez más, el inexorable tránsito de esta vida a la otra, tanto de los que tenemos que ser actores como auxilio y ayuda a los otros cuando van haciendo este tránsito, como en el propio, en el que seremos actores pasivos, pero que algo tendremos o podremos dejar dicho.
Como quiera que sea, la Obra de Misericordia pide que el trato a las personas fallecidas se las atienda con cariño y con mucho respeto.
Y no olvidemos las palabras, ya repetidas aquí, del Apocalipsis, en cuanto a uno mismo: "Oí una voz del cielo, que decía: Escribe: ¡Bienaventurados los muertos, los que mueren en el Señor! Sí, dice el Espíritu, que descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan” (Ap 14,13), obras de piedad y de misericordia que sean las que nos acompañen a cada uno, con todas las demás buenas obras que hayamos sido capaces de realizar en la vida.
Y ya, sigamos hoy ofreciendo sufragios por los difuntos, para que encuentren la Luz y la Paz definitivas el mayor número de ellos posible, gracias a ti y a tu entrega cristiana por ellos. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
Conforme vamos agotando los últimos días del Año Litúrgico, surge el pensamiento sobre cómo se ha vivido el año que concluye.
En este caso pensamos cómo hemos vivido nuestra unión a la Santa Iglesia, que a lo largo de los diferentes tiempos litúrgicos nos ha ido ofreciendo poder actualizar y revivir, a través de la Liturgia, todos los Misterios de nuestra Fe.
Se hace necesario tener conciencia clara de cómo se han aprovechado todos los medios de gracia y de misericordia, que la Iglesia nos ha ofrecido a través de las Celebraciones litúrgicas, de los Sacramentos y de la Palabra de Dios, que en los diferentes momentos no ha dado también.
Las personas nos quejamos con frecuencia de los caminos duros que se han de transitar, pero no reparamos en los medios de Fe que tenemos al alcance con los que las contrariedades y otras dificultades se pueden hacer más llevaderos.
Siempre debemos dejarnos iluminar por la Palabra del Señor, por ejemplo, para estos momentos: "Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos” (Mt 7,13-14).
Hagamos el pequeño esfuerzo de recuperar la ilusión, que posiblemente hubiéramos perdido, para comenzar el Adviento, pórtico del nuevo Año Litúrgico, con toda la decisión de hacer cada día camino de conversión y santidad. ¿Hay en este mundo algo que merezca más la pena?
Y hoy, día miércoles, dedicado a San José, encomendemos a su Patrocinio a la Iglesia, a las familias y, particularmente, a los enfermos terminales, ya que sabemos que es el abogado de la buena muerte, y que junto con su Santísima Esposa intercedan ante Dios Padre por esta ‘tierra de María’ que es España. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
El poeta, dramaturgo y novelista francés del siglo XIX, Alfredo de Vigny, dijo: "El hombre es un aprendiz y el dolor su maestro”.
El dolor, que introdujo en la vida del hombre el pecado de Adán y Eva, es poliédrico por sus diferentes facetas y manifestaciones.
Las personas experimentan el dolor en todo su ser, bien sea en lo físico, en lo moral, en lo psíquico o en lo espiritual.
El dolor, que es la expresión más clara del desorden, del desequilibrio que puede experimentar la persona, la lleva a la necesidad, en un principio, de asumirlo, aceptarlo, y después intentar siempre revertirlo a la estabilidad propia de la persona en su estado normal de buena salud.
El dolor, efectivamente, enseña al hombre muchas cosas que necesita conocer y asumir para alcanzar la madurez y poder vivir, con ella y desde ella, todas las etapas de la existencia humana con buen juicio, prudencia y sensatez.
Lógicamente el dolor llevará a la persona a darle el tratamiento que le corresponda, pues no es lo mismo un dolor físico que un dolor moral, espiritual o psíquico, por lo que deberá acudir a quien realmente pueda ayudar a resolver tal situación de sufrimiento, pero siempre será importante saber vivir con humildad, la pobreza en la que todo dolor, y el sufrimiento que conlleva, somete a la persona.
Una cuestión interesante para reflexionar y tomar buena conciencia de que por muchos años que se tengan, siempre estará la persona en el aprendizaje de llegar a la plenitud, ya en esta vida y luego en la eterna.
Que María Santísima, la elegida del Padre para traernos al Salvador, nos ayude a aprender lo que es buscar el orden personal, que siempre ayudará a saber gestionar cualquier dolor que se manifieste en la propia existencia humana. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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