Buenos días.
Hemos llegado al primer día del Triduo Pascual celebrando la Cena del Señor.
Cuenta el evangelio de San Juan: 13,1-15: "Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo...”
‘Los amó hasta el extremo’, te amó, me amó, nos amó, hasta el extremo; ¿hasta dónde eres tu capaz de amar? ¿Dónde tienes el límite? Según a quién, dirás, pues, sea quien sea y dentro del orden de convivencia que se trate, debería ser hasta el extremo.
"...Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: ¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis”.
‘Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis’; como siempre el Señor es claro y contundente, no caben disculpas ni despistes para cuando las diferentes situaciones demanden nuestro servicio y nuestra entrega.A estas alturas pocas excusas, pocas justificaciones, caben para mostrar nuestro compromiso bautismal de seguir las huellas y ejemplos del Maestro.
Nuevamente hoy necesitamos la ayuda de María Santísima para poder hacer camino en la Pasión del Señor, con la dignidad y el corazón sencillo y humilde que se nos demanda. AMÉN
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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Buenos días.
Prestemos hoy atención a este otro pecado capital, la AVARICIA, que a veces se muestra muy sutilmente, pero que en todo caso es igualmente dañino como los demás.
Dejar que el corazón se aficione al dinero y a los bienes materiales en general, es un grave obstáculo para el amor a Dios; dice el Señor Jesús en Lc 16,13-15: "Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero. Estaban oyendo todas estas cosas los fariseos, que eran amigos del dinero, y se burlaban de él. Y les dijo: Vosotros sois los que os la dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que es estimable para los hombres, es abominable ante Dios”.
El Señor nos habla de otros bienes, los únicos que pueden llenar el corazón humano, siempre insatisfecho: "No amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y roban. Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mt 6,19-21).
La AVARICIA consiste en el amor desordenado de los bienes materiales y de los bienes terrenales; de la AVARICIA se derivan otros muchos pecados y daños para el alma. El avaro, dice Santo Tomás, perdiendo la sensibilidad para la desgracia del prójimo, se inquieta y busca con codicia la riqueza para sí; con el fin de lograrla recurre, incluso, a la violencia, al engaño doloso, al perjurio; cede al fraude en los negocios y llega hasta la traición de las personas a imitación de Judas. La AVARICIA se encuentra en el comienzo de la traición de Judas al Señor, se desvía del amor fraternal y se sumerge en el egoísmo.
La AVARICIA es también una señal de falta de confianza en Dios, que ha prometido velar por nosotros con paternal solicitud: "Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?...” (Mt 6,25-34).
Y también es una señal de una excesiva confianza en uno mismo, buscando únicamente la seguridad en lo puramente material. Este desorden lleva a la falta de mortificación y a la sensualidad, por una propensión excesiva a los placeres de los sentidos.La AVARICIA constituye, según el Señor Jesús, un obstáculo grave para la entrada en el reino de los cielos: "Es más fácil que un camello pase por el ojo de la aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios” (Mc 10,25).
Lo dejamos aquí porque el evangelio ilumina mucho más este pecado capital, del que se debe convertir el que lo sufra, erradicándolo de su corazón.
En este día, Primer Viernes de mes, supliquemos al Sagrado Corazón de Jesús que nos haga generosos, eliminando de nosotros toda mancha y rastro de AVARICIA. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
Los silencios de María a lo largo de su vida fueron notables y para nosotros son ocasión de reflexión para el crecimiento espiritual.
El silencio de María ante el Misterio de la muerte de su Hijo Jesús, se nos presenta como el camino paralelo que ha seguido en unión del Señor Jesucristo, aceptando la Voluntad del Padre, que llega hasta el Calvario.
María vivió para cumplir el plan de Dios sobre Ella y lo hará siempre sin dudas ni titubeos, aunque tuviera que superar situaciones difíciles que se sucedieron hasta llegar al momento supremo de la Pasión y Muerte del Señor.
Y es al pie de la Cruz cómo María se encuentra que con la Muerte de su Hijo no se ha acabado aún su misión, pues ha de oír aquellas palabras que nos relata San Juan en 19,25-27: "Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dice al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa”.
En silencio acepta el deseo de su Hijo, y desde aquella hora cumplirá la misión encomendada hasta el final de los tiempos, pues si en un primer momento tuvo que ocuparse de la suerte de los apóstoles, después, ya asunta a los Cielos, continuará el cuidado celoso de los que por el Bautismo han sido incorporados al Cuerpo Místico de Cristo.
En este tiempo de gracia que es la Cuaresma, bueno es que apreciemos la importancia del ‘silencio’ en la vida cristiana, también en la vida social y laboral, pues mediante el silencio la persona interioriza todo y en la reflexión puede tomar decisiones o decir palabras que van a construir ambientes de amor, de encuentro, de fraternidad, y aquí suena el eco de las palabras de Jesús que marcan el camino de la unidad: "Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado” (Jn 15,12).
Hoy Primer sábado de mes, ofrezcamos a la Santísima Virgen María nuestra oración expiatoria y reparadora por todas las injurias que recibe su Inmaculado Corazón. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días en el Día del Señor.
Fijándonos un día más en los textos de este III Domingo de Cuaresma, rezamos con la Iglesia: "Oh, Dios, autor de toda misericordia y bondad, que aceptas el ayuno, la oración y la limosna como remedio de nuestros pecados, mira con amor el reconocimiento de nuestra pequeñez y levanta con tu misericordia a los que nos sentimos abatidos por nuestra conciencia. Por nuestro Señor Jesucristo”.
‘Mira con amor el reconocimiento de nuestra pequeñez’, una confesión con nuestros labios que es de mucho desear que se corresponda con el corazón, entregado a Dios en el abandono a su infinito Amor y la conciencia clara de lo que somos: pobres e indigentes.
Y desde la suma confianza, toda la que como criaturas humanas somos capaces, le suplicamos nos levante para poder seguir el camino, siempre en la alegría de Cristo Resucitado.
La Esperanza es la gran virtud teologal que, en su dinamismo, lleva a la persona por los caminos de la confianza, de la alegría y de la seguridad que ofrece saber que caminamos a la Casa del Padre.
Pidamos al Señor Jesús Resucitado, que nos dé perseverancia en la Fe recibida en el Bautismo, y a María, nuestra Madre y nuestra Guía, que nos ayude cada día para vivir según las promesas que hicimos en nuestro Bautismo. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
Concluyendo en esta jornada cuaresmal la revisión de los pecados capitales, consideramos hoy la LUJURIA.
La lujuria es el deseo o apetito desordenado de deleites carnales, bien sea de pensamiento, palabra u obra, es posiblemente el vicio que más degrada moralmente a la persona humana al no respetarse los principios de la ley natural sobre la sexualidad.
Las personas se convierten en simples objetos y todo el gran contenido del amor, se viene a reducirse en un intercambio egoísta, con unas consecuencias nefastas por todo el desorden en el apetito del placer carnal: Se falta al AMOR. Se falsea el AMOR. Se prostituye el AMOR. Se convierte el AMOR en un elemento más de consumo.
La lucha contra la Lujuria ha sido una norma cristiana desde siempre, en la que se considera la moral como una defensa del verdadero AMOR, tantas veces confundido con: la pasión, el afecto, el cariño, el placer, el egoísmo o la atracción física.
La Lujuria se padece de diferente forma e intensidad, desde la juventud hasta la ancianidad; es una pasión de todas las edades y se manifiesta en la persona en diferentes formas: pensamientos, lecturas, espectáculos, películas, chistes, comentarios, miradas, obsesiones...
Los efectos de la Lujuria son: Embrutece el alma; oscurece la inteligencia, permitiendo a la persona aceptar lo malo como bueno, decía San Alfonso Mª de Ligorio que "la carne es el arma más poderosa que tiene el demonio para esclavizar al hombre”; quita el consejo prudente y toda moderación, cfr. 1Co 15,33; engendra el amor propio, de una forma tan brutalmente desordenada que los bajos placeres los convierte en dios, de aquí nace algunas veces el odio hacia Dios, porque sabe que Dios no lo quiere y lo prohíbe, cfr. Rom 8, 6-8; quita el gusto por todo lo espiritual llevando a la inhabilitación para la vida espiritual y religiosa, cfr. Rom 8,5; produce frialdad en la piedad, cfr. Rom 8,8; 1Co 2,14, e infidelidades de todo tipo al estado de vida que se tenga.
Igualmente produce remordimientos, porque llega a situaciones que no las quiere nadie, cfr. Rom 1,24; tristeza que sumerge en un mar de insatisfacciones; enredos y tragedias familiares y sociales; inconstancia en las cosas de la vida porque se queda pillado por el vicio, corriendo el riesgo de llegar a la pérdida de la Fe y de la salud cfr. Mt 5,28-30.
Es un pecado muy importante y grave, de mucha trascendencia y de gran calado en la sociedad en la que estamos inmersos.
Que la Virgen María, Madre castísima que cantan las Letanías, nos ayude a ver con claridad este pecado capital para, no solo evitar caer en él, sino ayudar a otros a comprender sus graves y malas consecuencias. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
La virtud que se contrapone a la lujuria es la CASTIDAD.
Hablar de la Castidad es, inmediatamente, estar refiriéndonos a personas que se han consagrado a Dios: monjas, religiosos, etc., pero la Castidad es una virtud común que lleva a crecer en el AMOR, hasta llegar a amar como el Señor Jesucristo. La Castidad significa también respeto a la dignidad propia, San Pablo dirá: ¿Acaso no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que habita en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis?” (1Co 6, 19).
En el capítulo 13 del evangelio de San Juan vemos el episodio del lavatorio de los pies, del que es bien conocido el diálogo que mantiene Pedro con el Señor Jesucristo porque no quiere que el Señor le lave los pies, no quiere verle rebajado delante de él, pero Cristo se inclina a los pies de los apóstoles para lavárselos en un gesto con el que quiere expresar la necesidad de la pureza especial que debe reinar en los corazones de quienes se acercan a la última Cena.
Es la pureza que solo Él puede traer y dar a los corazones; el Señor, y solo el Señor, puede lavar los pies y purificar las conciencias humanas, porque para esto es necesaria la fuerza de la redención, del Sacrificio de Cristo en la Cruz que transforma al hombre desde dentro.
La PUREZA es condición para la comunión con el Señor y poder llegar a vivir en Él y con Él: "Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” (Mt 5,8).
La Castidad es indispensable para amar a Dios; Amor que se pone de manifiesto especialmente en la Sagrada Comunión.
La Castidad es también indispensable para hacer realidad el ideal cristiano de servicio a Dios y a los demás, porque de ella se derivan la alegría y la fortaleza para este servicio; agranda la capacidad de amar del corazón humano. San Josemaría Escrivá de Balaguer escribió: "la castidad resulta una condición indispensable, imprescindible, para lograr ese diálogo íntimo con Dios; y cuando no se guarda, si no se lucha, se acaba ciego; no se ve nada, porque el hombre animal no puede percibir las cosas que son del Espíritu de Dios” (Amigos de Dios, 175).
La Iglesia ha enseñado siempre que, con la ayuda de la gracia, se puede vivir esta virtud en todos los momentos y circunstancias, aunque la castidad exige una conquista diaria porque no se adquiere de una vez para siempre.
Por el contrario, la impureza, la lujuria, provoca insensibilidad en el corazón, aburguesamiento, egoísmo, embotamiento de la mente y, frecuentemente, violencia y hasta crueldad. Todo esto nuestro mundo no lo entiende, pero la realidad es que la lujuria incapacita para AMAR, porque crea el clima propicio para que se den en la persona todos los vicios y deslealtades. La Lujuria es uno de los muchos frutos de la soberbia.
Que María, máximo exponente de la Pureza en el ser humano, nos alcance la Gracia de vivir en la Pureza, de cuerpo y alma. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
Nos encontramos ya en el ecuador de la Cuaresma y bueno es que nos acerquemos al Mensaje del Papa Francisco para esta Cuaresma de 2024.
"Queridos hermanos y hermanas: Cuando nuestro Dios se revela, comunica la libertad: "Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud” (Ex 20,2).
Así se abre el Decálogo dado a Moisés en el monte Sinaí. El pueblo sabe bien de qué éxodo habla Dios; la experiencia de la esclavitud todavía está impresa en su carne.
Recibe las diez palabras de la alianza en el desierto como camino hacia la libertad. Nosotros las llamamos "mandamientos”, subrayando la fuerza del amor con el que Dios educa a su pueblo.
La llamada a la libertad es, en efecto, una llamada vigorosa. No se agota en un acontecimiento único, porque madura durante el camino.Del mismo modo que Israel en el desierto lleva todavía a Egipto dentro de sí, en efecto, a menudo echa de menos el pasado y murmura contra el cielo y contra Moisés, también hoy el pueblo de Dios lleva dentro de sí ataduras opresoras que debe decidirse a abandonar. Nos damos cuenta de ello cuando nos falta esperanza y vagamos por la vida como en un páramo desolado, sin una tierra prometida hacia la cual encaminarnos juntos.
La Cuaresma es el tiempo de gracia en el que el desierto vuelve a ser, como anuncia el profeta Oseas, el lugar del primer amor (cf. Os 2,16-17). Dios educa a su pueblo para que abandone sus esclavitudes y experimente el paso de la muerte a la vida. Como un esposo nos atrae nuevamente hacia sí y susurra palabras de amor a nuestros corazones”.
Será importante que atendamos a ‘la llamada a la libertad’ que nos exhorta el Papa y busquemos con sinceridad de corazón las raíces nocivas que debemos erradicar del corazón y de la vida. Intentemos avanzar por este camino.
Acudamos a San José, en este día de la semana dedicado a él, para que nos ayude a descubrir, en el desierto de la Cuaresma, todo lo que nos impide vivir en la libertad de los hijos de Dios. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
Se ha de hacer lo que se debe hacer en todo momento y circunstancia, como se debe cumplir con las obligaciones y trabajos que en razón de la propia identidad se tienen.
Y cuando se deja de atender cualquiera de las situaciones apuntadas, se comete una omisión en el grado de importancia que tuviera el hecho omitido o abandonado.
Al dejar de hacer algo a lo que se está obligado por la Ley de Dios, por la ley moral, se comete ‘pecado de omisión’, que no sé si se tiene muy en cuenta a la hora de examinar la propia conciencia.
Los pecados de omisión no solamente son importantes, sino que se deben identificar bien, porque pueden tener repercusiones serias tanto para uno mismo como para los otros.
Al reflexionar sobre los pecados de omisión, se deberá tener en cuenta algunas cosas: primero, que existen, porque pecado no es únicamente lo que se hace mal, sino también el bien que se debería haber hecho y se ha dejado; segundo, se debe tener conciencia que pueden tener una responsabilidad moral más o menos grave, pero que siempre irá en perjuicio de alguien, de sí mismo o de otras personas; tercero, que si no se reconocen no aparece el arrepentimiento necesario, por lo que no se confesarán, con lo que el perjuicio moral que se causa a la propia alma es muy serio.
No se debe olvidar algo tan sencillo como: que pecado no reconocido no puede seguir el proceso del arrepentimiento, de la confesión y del perdón.
Las omisiones, en general, suelen responder, cuando menos, a una negligencia de la persona, lo cual es nocivo y, de una u otra forma, causan perjuicio o daño a quien sea, según de la omisión de que hablemos, pero como quiera que sea producirá un daño a alguien: a sí mismo o a otros, incluso a la sociedad en su conjunto.
Os invito a ver un poco esta cuestión de las omisiones y la entidad que tienen en vuestras vidas, porque los pecados nunca son cosa buena, pero si además no se les identifica o no se les quiere hacer caso, la responsabilidad será mayor.
Que sea este un punto a tener muy en cuenta en el camino de la jornada cuaresmal, que ayude al esfuerzo que cada uno esté haciendo en su propia conversión.
Que el Señor Jesucristo, en su presencia eucarística, nos ayude a comprender bien nuestras actitudes y las omisiones que admitimos. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
En el cántico espiritual de San Juan de la Cruz se lee: "Mi alma se ha empleado y todo mi caudal en su servicio. Ya no guardo ganado ni tengo otro oficio... que ya solo en amar es mi ejercicio”.
Qué interesante es que la persona pueda llegar al ejercicio del amor en tal dedicación, que todo lo que le rodea sea únicamente empleado en el servicio a Dios en los hermanos.
El servicio divino, ya lo hemos indicado alguna vez, no sólo estaría en la vida de las almas consagradas y en la almas claustrales, sino ha de ser la divisa que distinga el camino de todos los cristianos, pues todos están llamados a seguir las huellas de Dios nuestro Padre, Creador del cielo y tierra, de todo lo visible e invisible.
A partir del grado en que el cristiano se emplea en el servicio divino, en el cumplimiento fiel de la voluntad de Dios, en buscar y hacer cada día las cosas en el agrado de Dios, se podrá dar en Amor a los demás sin mucho esfuerzo, pues entenderá perfectamente cualquier camino que deba transitar para vivir esta cita del cántico espiritual de San Juan de la Cruz que hoy traemos a nuestra reflexión: "Mi alma se ha empleado y todo mi caudal en su servicio. Ya no guardo ganado ni tengo otro oficio... que ya solo en amar es mi ejercicio”.
Que la Santísima Virgen nos ayude a servir al Señor como Ella lo supo hacer, y que tan bien lo expresó en el Magnificat: "... porque ha mirado la humillación de su esclava”. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
Os traigo, para la oración y reflexión, un himno de la Liturgia de mártires, que para este tiempo de Cuaresma puede ayudar muy bien, pues en definitiva sabemos que se ha de vivir, en principio, algunas situaciones personales de martirio incruento, sin descartar que Dios nos pueda llamar a dar la vida en martirio cruento.
En todo caso, para unas u otras circunstancias, la persona debe vivir completamente abierta a la gracia de Dios y procurando siempre mantenerse en vela (cfr. Mt 24,42ss), para lo que es necesario vivir en gracia de Dios, pues sin la gracia el corazón no tendrá la Luz suficiente para afrontar las diferentes situaciones que se presentan:
"Quien entrega su vida por amor la gana para siempre”, dice el Señor.
Aquí el bautismo proclama su voz de gloria y de muerte. Aquí la unción se hace fuerte contra el cuchillo y la llama.
Mirad cómo se derrama mi sangre por cada herida. Si Cristo fue mi comida, dejadme ser pan y vino en el lagar y el molino donde me arrancan la vida”.
Que en este sábado de Cuaresma, sepamos ofrecer al Inmaculado Corazón de María, en expiación y reparación de tantos ultrajes que se le hacen, las oraciones y sacrificios que mejor y más podamos. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días en el Día del Señor.
Estamos en el IV Domingo de Cuaresma, Domingo Laetare, que quiere decir: "alegraos” en este momento central de la Cuaresma, que debe entenderse como un ‘descanso’ en el camino que Cristo nos testimonió en el desierto, y que nosotros intentamos seguir con los elementos cuaresmales: oración, ayuno, limosna y penitencia.
Al concluir la Santa Misa de este día, el sacerdote invitará al Pueblo a inclinarse para recibir la Bendición con esta Oración sobre el pueblo:"Defiende, Señor, a los que te suplican, fortalece a los débiles, vivifica siempre con tu luz a los que caminan en sombras de muerte, y libres de todo mal, por tu compasión, concédeles llegar a los bienes definitivos. Por Jesucristo, nuestro Señor”.
Nuestra Madre la Iglesia, continuamente nos recuerda cuál es nuestro destino final y lo que allí encontraremos: el Amor Misericordioso de Dios, por ello le pide las gracias que necesitamos para vivir cara a Él y no en cualquier otra postura que no sea la adecuada y que llegue a impedirnos ‘llegar a los bienes definitivos’.
Atendiendo al Evangelio de hoy, Juan 3,14-21, dice el Señor: "Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios. Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios”.
El texto del evangelio es muy esclarecedor, pero resalto el último párrafo: ‘todo el que obra el mal detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios’. Poco comentario necesita y sí mucha reflexión buscando en dónde encuadramos las propias obras, hacia dónde nos encaminan: luz o tinieblas.
Al Señor Resucitado encomendemos nuestra jornada cuaresmal en el tiempo que nos resta, recordando todas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
Resulta llamativo ver cómo las personas tratan su imagen, cuidan su cuerpo, se preparan con tiempo ante cualquier acontecimiento o evento en el que tienen que participar, piensan bien lo que deben disponer y lo que han de llevar, etc., etc.
En cambio no resulta nada llamativo ver a las personas el trato que le dan al alma, porque suele ser tan pobre y tan superficial que no llama la atención.
Y el ejemplo lo tenemos en la Cuaresma, que como todos sabemos es la preparación para Celebrar los Misterios centrales y más importantes de la Fe Cristiana, como es el Triduo Pascual: La Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesucristo, comenzando con la Celebración del Domingo de Ramos, que abre la semana grande del catolicismo, la Semana Santa.
Mientras no se tenga bien claro que el núcleo central de la Fe son los Misterios que la Iglesia denomina Triduo Pascual, la Cuaresma no puede funcionar y lo que en ella se propone, se pide por parte de la Iglesia, no se realizará satisfactoriamente.
Por eso, es muy necesario tener la vista puesta en las celebraciones de la Semana Santa, tener el convencimiento que se ha de participar en todos los actos litúrgicos de los días santos, por lo que tienen que prevalecer por encima de todos los otros planteamientos que se hagan para esos días.
Y en el contexto del Triduo Pascual, que ya se comienza el Domingo de Ramos, se ha de significar la importancia de la Vigilia Pascual, que es la Celebración de las Celebraciones y en la que se vive el acontecimiento más trascendental de nuestra Fe, porque ya San Pablo dirá: "Pero si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación y vana también vuestra fe” (1 Cor 15,14).
Hermanos, mirar con cuidado y detenimiento cómo tenéis programada vuestra Cuaresma, si está convenientemente centrada o si simplemente está siendo un recorrer el camino de los cuarenta días que dura sin más.
Estará centrada si su horizonte está en las Celebraciones del Triduo Pascual, en las que hemos de participar con los mejores ‘vestidos’ que hayamos conseguido en la jornada cuaresmal a través de la oración, el ayuno, la limosna y la penitencia.
Hemos de luchar continuamente sabiendo que uno de los enemigos del alma es el ‘mundo’, que nos envuelve y nos hace perder nuestro verdadero horizonte.
Recurre a María, nuestra Madre y nuestra Guía, para que te ayude a ver, con sinceridad de corazón y rectitud de intención, cómo estás viviendo la Cuaresma. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
Para poder disponer del ‘traje de bodas’, al que se refiere el evangelio en algunas ocasiones, y cara a las Celebraciones del Triduo Pascual, se hace necesario preparar un buen encuentro con el Señor en el Sacramento de la Confesión.
Más allá de que se frecuente este sacramento con mayor o menor asiduidad, será importante hacer una confesión bien preparada y mejor sentida, pues si hace mucho tiempo que la persona no se confiesa, será la oportunidad de reencontrase consigo misma y con el Señor en la Confesión, y si hace algún tiempo, poco o mucho, será la oportunidad de hacerse eco de todas las cosas que este tiempo cuaresmal ha traído a la memoria, que o no se habían reconocido y, por tanto, no se habían confesado o incluso no se había tenido una conciencia plena de la magnitud o repercusión de aquel pensamiento, de aquella palabra, de aquella obra o de aquella omisión, lo que se debía haber hecho o dicho y no se hizo, por pereza, por desgana o por lo que sea.
Dará pereza, no habrá muchas ganas, se encontrarán justificaciones para dar de lado la propuesta que estoy haciendo, pero solo te pido una cosa: Párate, haz silencio y deja hablar a tu corazón..., posiblemente no esté tan tranquilo como a ti te parece.
Deja que tu Ángel Custodio que te ayude a comprender este punto clave, para culminar felizmente este tiempo de Gracia y Misericordia que la Santa Iglesia ha puesto en tus manos. El Espíritu Santo te ayudará si te decides a hacerlo. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
Siguiendo con la preparación para las celebraciones de Pascua, sería interesante reflexionar, después de los pecados de omisión que planteamos días atrás, en las faltas que se hayan podido tener en las obligaciones y deberes del estado propio, tanto en el estado matrimonial como en el de soltería o de viudez.
En cualquiera de ellos se tienen obligaciones, deberes concretos que se han de atender, sin dejar que los egoísmos u otros intereses los menosprecien y se les den de lado.
También se han de tener en cuenta las obligaciones que se derivan del propio estado de vida, por ejemplo, en el matrimonio habrá obligaciones y deberes más allá de la propia relación conyugal, con los hijos. Y en cualquier estado habrá igualmente deber de atender al resto de la familia en sus diferentes niveles: padres, hermanos, etc.
No se puede olvidar que en la vida social y laboral, también habrá que tener comportamientos cristianos según de lo que se trate, pues no pocas veces se puede adoptar una postura de inhibición que ni se corresponde a la responsabilidad cristiana, ni ayuda en según de que cuestión se trate.
En el apartado de la vida social están las personas allegadas que llamamos amigas, con igualmente obligaciones serias y amplias que no pueden ser obviadas con disculpas que serán egoístas y, lo peor, hirientes a veces hacia ‘el amigo’ en cuestión.
Un examen de conciencia es lo más sencillo que hay, porque parte del propio corazón y se trata de que todo lo que hay en él sea puesto a la luz de la conciencia, para que reciba el veredicto que corresponda: bueno o malo.
Avancemos un paso más en la preparación del resumen del tiempo cuaresmal, tiempo de conversión, para alcanzar descubrir la VERDAD que hay en uno mismo.
A San José, hombre justo, podemos pedirle hoy la ayuda y la fortaleza para que nos decidamos a dar el paso de la propia liberación, mediante el sacramento del perdón y de la reconciliación. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
Hagamos una pausa y oremos hoy con este Himno de la liturgia cuaresmal:
"Este es el día del Señor. Este es el tiempo de la misericordia.
Delante de tus ojos ya no enrojeceremos a causa del antiguo pecado de tu pueblo. Arrancarás de cuajo el corazón soberbio y harás un pueblo humilde de corazón sincero.
En medio de las gentes nos guardas como un resto para cantar tus obras y adelantar tu reino. Seremos raza nueva para los cielos nuevos; sacerdotal estirpe, según tu Primogénito.
Caerán los opresores y exultarán los siervos; los hijos del oprobio serán tus herederos. Señalarás entonces el día del regreso para los que comían su pan en el destierro.
¡Exulten mis entrañas! ¡Alégrese mi pueblo! Porque el Señor que es justo revoca sus decretos: La salvación se anuncia donde acechó el infierno, porque el Señor habita en medio de su pueblo”.
‘Este es el día del Señor; este es el tiempo de la Misericordia’. Aprovechémoslo y dejémonos encontrar por el Amor de Dios que venza y disipe las tinieblas que nos envuelven por el pecado.
Hace mucho tiempo que no pido que reces a María, nuestra Madre y nuestra Guía, para que alcance las Gracias que necesite cada uno de los que en Ella nos encontramos aquí. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días
San Pablo de la Cruz, Fundador de la Congregación de la Pasión, escribió: "En el inmenso mar de la Pasión del Salvador, el alma pesca las perlas de las virtudes y hace suyas las penas del Amado Bien”.
Un pensamiento que en este momento, en este viernes de Cuaresma, nos puede ayudar a profundizar un poco más en el gran don que es para nosotros la Pasión del Señor.
Dice San Pablo de la Cruz que es un inmenso mar en el que ‘el alma pesca las perlas de las virtudes’; ¡qué cierto es! Si te paras a contemplar a Jesús en su camino pasional no encuentras en sus actitudes, palabras y gestos, nada más que virtudes que hemos de aprender y vivir.
Obediencia al Padre total. Sumisión a la Voluntad de su Padre, debiendo tener en cuenta que la sumisión es un paso más de la simple obediencia. Entrega a los hombres sin resistencia, desde el Huerto de los Olivos a la Crucifixión. Paciencia sin límites para aguantar las injusticias y frivolidades de los que le acusan. Mortificación en extremo durante los azotes que recibió atado a la columna. Humillación máxima en la Coronación de espinas, en el despojamiento de sus vestiduras en el Calvario o ya levantado en alto, clavado en la cruz.
Estas y otras muchas virtudes, en sus diferentes matices, se pueden encontrar al meditar la Pasión de Cristo, que en este día se nos ofrecen para acompañar al Señor, para iluminar el propio corazón, la conciencia que nos ayuda en el juicio de nuestros pensamientos, palabras, obras y omisiones, para ver y reconocer los propios errores y pedir perdón ellos.
Desagraviemos las injurias que recibe el Sagrado Corazón de Jesús, y acojámonos a su Amor Misericordioso. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
En este sábado de cuaresma, miramos a la Santísima Virgen Dolorosa y meditamos con el poema completo de Gerardo Diego, que en otras ocasiones lo hemos visto sólo en algunas estrofas.
"Dame tu mano, María, la de las tocas moradas. Clávame tus siete espadas en esta carne baldía.
Quiero ir contigo en la impía tarde negra y amarilla. Aquí en mi torpe mejilla quiero ver si se retrata esa lividez de plata, esa lágrima que brilla.
Déjame que te restañe ese llanto cristalino, y a la vera del camino permite que te acompañe. Deja que en lágrimas bañe la orla negra de tu manto a los pies del árbol santo donde tu fruto se mustia.
Capitana de la angustia: no quiero que sufras tanto.
Qué lejos, Madre, la cuna y tus gozos de Belén: No, mi Niño. No, no hay quien de mis brazos te desuna. Y rayos tibios de luna entre las pajas de miel le acariciaban la piel sin despertarle.
Qué larga es la distancia y qué amarga de Jesús muerto a Emmanuel.
¿Dónde está ya el mediodía luminoso en que Gabriel desde el marco del dintel te saludó: Ave, María?
Virgen ya de la agonía, tu Hijo es el que cruza ahí. Déjame hacer junto a ti ese augusto itinerario. Para ir al monte Calvario, cítame en Getsemaní.
A ti, doncella graciosa, hoy maestra de dolores, playa de los pecadores, nido en que el alma reposa.
A ti, ofrezco, pulcra rosa, las jornadas de esta vía.
A ti, Madre, a quien quería cumplir mi humilde promesa. A ti, celestial princesa, Virgen sagrada María”.
Avanzamos con pie firme y paso seguro para culminar esta jornada cuaresmal, que ojalá cada uno sepamos hacerlo con verdad y rectitud en el propio corazón.
Acudamos a la Virgen Dolorosa a interceder por todas las necesidades, quizás sean más urgentes las espirituales, de los Hermanos que aquí nos encontramos cada día. AMÉN
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días en el Día del Señor.
En la tradición de la Iglesia, la última semana previa al Domingo de Ramos se denominaba: Semana de Pasión, y así se calificaba a cada uno de los días de esta semana, que comenzaba el Domingo V de Cuaresma o Domingo de Pasión, para concluir el sábado anterior al Domingo de Ramos, también denominado Sábado de Pasión.
La costumbre que había de cubrir las cruces y las imágenes de la iglesia, desde este domingo, puede conservarse. Las cruces permanecen cubiertas hasta después de la celebración de la Pasión del Señor, el Viernes Santo, y las imágenes hasta el comienzo de la Vigilia Pascual.
Todo ello expresa, paso a paso, día a día, la proximidad de los acontecimientos que ocurrirán en la ciudad de Jerusalén con Jesús de Nazaret, el Cristo, que será apresado para vivir su Pasión y Muerte en la Cruz.
Cuando se contemplan y se meditan estos hechos, hay momentos que parecen cosas tan irracionales que no son fáciles de explicarse, pues todos los sufrimientos a los que se le someten a Jesucristo tienen el denominador de exagerados en extremo.
Cojamos la imagen de la Pasión del Señor que se quiera, siempre habrán lecciones que aprender para la propia vida, sean de humildad, de mansedumbre, de sometimiento..., y nunca de rechazo, ni de odio, y menos de venganza.
Comienzan, pues, con estos días previos, la última etapa de la preparación que estamos recorriendo y en la que, una y otra vez, se espera la rectificación de los propios errores con la que poder ofrecer al Señor Jesucristo los frutos de la conversión del corazón.
Que este domingo, día santo, entremos en lo íntimo del corazón para hacer brotar el arrepentimiento de todos los pecados, con el único deseo de confesarlos y conseguir el perdón de Dios.
Que María, nuestra Madre y nuestra Guía, nos alcance del Dios Altísimo, Gracia y Bendición. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
Buenos días.
El evangelio de este día nos muestra aquel episodio cargado de hipocresía que relata San Juan, 8,1-11, dice que: "Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?.
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra, e inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado? Ella contestó: Ninguno, Señor. Jesús dijo:
Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más”.
Hoy podremos reflexionar sobre este sentimiento que hay en las personas: aparentar lo que no se es con tal de conseguir los objetivos que se pretendan. Incluso de acusar a los otros de defectos, vicios o imperfecciones que se ocultan en el propio corazón.
La hipocresía es un serio pecado que no se suele dar la importancia que tiene, por aquello de que estamos en una sociedad que es muy agresiva, de la que para defenderse se utilizan todos los medios que se tienen al alcance, sin reparar que no todo vale ya que la Fe y la Moral exigen vivir en la pureza de corazón y rectitud de intención.
Aquello de que 'el fin justifica los medios', es absolutamente inadmisible.
Se hace muy necesario que recemos en ayuda de los Hermanos, unos por los otros, para que encontremos todos los caminos de reconocer nuestros pecados y, arrepentidos, poder confesarlos. Que el Espíritu Santo, con sus dones nos ayude a caminar al encuentro con el Señor Jesucristo en su Pasión y Muerte. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días en la Solemnidad de San José.
Particularmente nos hemos estado acordando de San José, al menos los miércoles, y hoy llega su Fiesta Solemne que deseamos celebrar con todo lo mejor que brote de nuestro corazón.
La Cuaresma, que es un camino largo, que a momentos se hace ya costoso seguir, tiene cada año un oasis en la celebración de San José, lo que nos da más alegría, si cabe, para honrar a nuestro Santo Patriarca, Custodio de la Sagrada Familia.
Ante San José las palabras ya se quedan cortas y escasas, pues además de todo lo que hemos dicho de él, no parece que apetezca otra cosa que contemplar las pocas páginas que los evangelios le dedican, para quedar prendados por su ejemplo en el sometimiento, en la prontitud de hacer la voluntad de Dios y en la fidelidad al cumplimiento de la misión encomendada.
Hoy, si solo fuéramos capaces de repasar estas imágenes de San José en su quehacer con la Sagrada Familia, y supiéramos bendecir y alabar a Dios por haber escogido a San José, para ser el esposo fiel de la Santísima Virgen María y el padre de su Hijo Jesús, ya habremos celebrado dignamente la Fiesta del Santo Patriarca.
Pero aún hemos de culminar la jornada cuaresmal, y bueno será que en este día elevemos nuestra oración a San José, para que nos ayude a tener la claridad de mente suficiente y conocer, en su justa medida, las maldades y bondades del propio corazón que nos lleve a poder concluir el camino de conversión como Dios espera de cada uno. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
El Papa León XIII, El 5 de Julio de 1883, aprueba la dedicación del miércoles como el día consagrado a la devoción de San José en toda la Iglesia Universal.
Y el mismo Papa León XIII hizo una oración a San José, que alcanza importantes gracias del Santo Patriarca.
"A ti, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación; y después de invocar el auxilio de tu Santísima Esposa, solicitamos también confiados tu patrocinio.
Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, te tuvo unido, y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades.
Protege, Providentísimo Custodio de la Sagrada Familia la escogida descendencia de Jesucristo; aparta de nosotros toda mancha de error y corrupción; asístenos propicio, desde el cielo, fortísimo libertador nuestro, en esta lucha con el poder de las tinieblas: y, como en otro tiempo librasteis al Niño Jesús del inminente peligro de la vida, así ahora, defiende a la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, y a cada uno de nosotros protégenos con el perpetuo patrocinio, para que, a tu ejemplo y sostenidos por tu auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente morir y alcanzar en el cielo la eterna felicidad”.
A San José, pidámosle por todos los Hermanos y sus necesidades, espirituales y materiales, para que imitando sus virtudes culminemos felizmente esta cuaresma. AMÉN.
Emilio Castrillón
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Buenos días.
Avanzamos por esta semana de Pasión camino del Domingo de Ramos que nos introducirá en la Semana Santa, cuyo momento más crítico lo encontramos en el Calvario, cuando Jesús es despojado de sus vestiduras y crucificado.
En la Cruz pronuncia aquellas Siete Palabras, que fueron como una parte de su testamento o declaración de las actitudes que los cristianos hemos de tener en cuenta.
La Primera Palabra de Cristo en la Cruz es: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Oír esto de Cristo nos parece maravilloso, aparte de lógico, porque Él tenía un Amor sin límites hacia los hombres por los que estaba entregando su vida, pero pensarlo desde nuestra óptica que debemos seguir sus huellas, ser testigos creíbles de su Cruz, nos resulta un tanto complicado, por no decir muy difícil.
Él estaba convencido que no eran en verdad conscientes de lo que estaban haciendo, al menos la inmensa mayoría de los que estaban participando en la Pasión y Muerte de Jesús, por ello e impulsado por el AMOR y únicamente por Amor, pedirá al Padre que los perdone.
Ponte tú en una situación parecida, salvando siempre las distancias, y aunque llegaras a comprender que ‘no sabían lo que te estaban haciendo’, ¿serías capaz de pedir a Dios Padre, Señor de la Historia, Señor de la vida y de la muerte, que perdonara a quien o quienes te estaban haciendo ese hipotético daño irreparable? O mejor, de condicional pásalo a presente: ¿Eres capaz...?
Hemos hablado en diferentes ocasiones de la Cruz de Cristo, denominándolo: el Misterio de la Cruz, pues he aquí una de esas caras de ese Misterio de la Cruz, que solo en la medida que lleguemos a penetrarlo, comprenderlo y vivirlo, estaremos aptos para ser dignos discípulos del Maestro, que si a lo largo de toda su vida pública nos dejó muchas lecciones, sin duda las principales parten de la Última Cena y concluyen en la Ascensión a los Cielos, habiendo tenido las diferentes partes que bien conocemos: Pasión y Muerte, Resurrección, Aparición a los discípulos y Ascensión.
¿Cómo es tu forma de perdonar? Porque se supone que algún motivo tienes para ejercitarte en el perdón. Mirando en el espejo de Jesús Crucificado, responde, y en todo caso si no puedes..., comienza a ejercitarte en el bonito ejercicio de perdonar, aunque cueste, y algunas veces cueste hasta ‘sangre, sudor y lágrimas’.
La Virgen Santísima, Refugio de los pecadores, puede ayudarte mucho en esta importante tarea para tu alma; aprovecha, acógete a su maternidad y déjate guiar, porque recuerda que en el evangelio de San Mateo, 6,14-15, Jesús dice: "Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas”. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
Este día tradicionalmente se conocía como el Viernes de Dolores, en recuerdo de los Dolores de la Virgen relacionados con Jesucristo y su camino hasta el Calvario: Crucifixión y Muerte.
Posteriormente, en la reforma litúrgica derivada del Concilio Vaticano II, se suprimió esta fiesta para que prevaleciera el 15 de septiembre: la Virgen de Dolores, aunque en muchos lugares se ha seguido celebrando el Viernes de Dolores, principalmente aquellos "donde se halle fervorosamente fecunda la devoción a los Dolores de María”.
Por todo ello, el día invita a recogerse en la contemplación de los Dolores de la Virgen María y en la mirada al Señor Jesucristo clavado en la Cruz, en la que pronunció aquella Segunda Palabra: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso”, que dirigió al Buen ladrón, llamado Dimas, cuando éste, mostrando su arrepentimiento por lo que había hecho, increpó al otro malhechor crucificado con ellos que insultaba al Señor, dijo: "Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino”.
Qué importante es reconocer los errores, del grado o calibre que sean, para poderse ver libre de toda la carga que conlleva el pecado, pues se debería comprender que cualquier error o pecado encadena de alguna manera a la persona, que si no se libera de él se llegará a la esclavitud de lo que se trate.
La liberación viene por reconocer el error, arrepentirse y pedir perdón; este momento del Calvario protagonizado por los dos malhechores crucificados con Cristo es muy esclarecedor: Lc 23,39-43.
Y mirando al Crucificado, no dejemos de rezar, pidiendo la luz y gracia que cada uno necesite de todos los Hermanos que aquí nos volvemos a encontrar en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
En esta víspera del Domingo de Ramos, que nos introduce en la Semana Santa, reflexionamos en la Tercera Palabra de Jesús en la Cruz: "Mujer, ahí tienes a tu hijo. Hijo Ahí tienes a tu madre”.
En este momento solemne de Cristo en la Cruz todos estamos inmersos, pues en el Apóstol San Juan todos recibimos a María como Madre y a la vez recibimos el encargo de atender, escuchar y Amar a la Madre del Salvador.
Necesitamos aprovechar los ciclos litúrgicos en los que la Madre Iglesia nos va mostrando, no solo las verdades de la Fe, sino también los matices de lo que tiene que formar el día a día de la vida cristiana.
En esta Palabra de Jesús en la Cruz queda sellada la relación que hemos de tener con la Santísima Virgen, con la garantía que por parte de Ella también está asegurada su asistencia.
Si fuéramos capaces de encontrar estos, aparentemente pequeños, detalles que están en el entramado de cohesión de la fe católica, la vida, iluminada por esa misma Fe, sería más fácil, porque sobre todo tendría la alegría que siempre genera la ilusión que fomenta estar en donde se debe estar.
Que la Madre Amantísima reciba todo nuestro Amor manifestado en el bien hacer de su ejemplo yel seguimiento de las huellas de su Hijo Jesucristo. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días en este Domingo de Ramos.
Concluimos la Cuaresma para entrar ya en los días de la denominada Semana Santa, que nos ha de llevar a vivir las Celebraciones centrales de nuestra FE.
En este día que la Iglesia nos muestra la "Entrada de Jesús en Jerusalén”, se reza en la Hora de Laudes este Himno: "El pueblo que fue cautivo y que tu mano libera, no encuentra mayor palmera ni abunda en mejor olivo.
Viene con aire festivo para enramar tu victoria, y no te ha visto en su historia, Dios de Israel, más cercano: ni tú poder más a mano, ni más humilde tu gloria”.
Y con la Oración colecta se pide: "Dios todopoderoso y eterno, tú quisiste que nuestro Salvador se hiciese hombre y muriese en la cruz, para mostrar al género humano el ejemplo de una vida sumisa a tu voluntad; concédenos que las enseñanzas de su pasión nos sirvan de testimonio, y que un día participemos en su gloriosa resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo”.
Hemos de aprender del Señor Jesucristo ‘el ejemplo de una vida sumisa a tu voluntad’, para poder ser útiles en el servicio divino que para todos los bautizados es un privilegio y a la vez una obligación.
Y pedimos al buen Padre Dios: ‘concédenos que las enseñanzas de su pasión nos sirvan de testimonio’; pero la gran dificultad está en que esas enseñanzas no lleguemos a penetrarlas, ni asimilarlas debidamente, porque, entre otras cosas, no se preste la atención debida y la asistencia a las Celebraciones litúrgicas del Triduo Pascual, pues bien sabemos que cada día: Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo, que culmina con la Vigilia Pascual, son momentos intensos en los que Cristo nos enseña cómo hay que vivir para finalmente concluir la jornada terrenal dignamente y merecer participar en su Resurrección.
Unidos a María, nuestra Madre y nuestra Guía, entremos en los días santos para alcanzar todas las Gracias que en ellos encontraremos. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
Concluida la Cuaresma durante la que hemos intentado mantener la tensión y el deseo de encontrar nuestro camino de conversión, ya hoy, Lunes Santo, caminemos con serenidad, sencillez y humildad, al encuentro comunitario y eclesial de los días del Triduo Pascual.
Hoy en las lecturas de la Santa Misa encontramos un texto precioso de Isaías: 42,1-9, correspondiente al Primer cántico del Siervo del Señor: "Así dice el Señor: Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco. He puesto mi espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones.
No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará. Manifestará la justicia con verdad. No vacilará ni se quebrará, hasta implantar la justicia en el país. En su ley esperan las islas.
Esto dice el Señor, Dios, que crea y despliega los cielos, consolidó la tierra con su vegetación, da el respiro al pueblo que la habita y el aliento a quienes caminan por ella: Yo, el Señor, te he llamado en mi justicia, te cogí de la mano, te he formé e hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la cárcel, de la prisión a los que habitan en tinieblas.
Yo soy el Señor, este es mi nombre; no cedo mi gloria a ningún otro, ni mi honor a los ídolos.
Lo antiguo ya ha sucedido, y algo nuevo yo anuncio, antes de que brote os lo hago oír”.
Este es tu Señor Jesús al que sirves: ‘No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará...”
Y este es Dios su Padre: ‘Yo soy el Señor, este es mi nombre; no cedo mi gloria a ningún otro, ni mi honor a los ídolos’.
A partir de aquí medita y reflexiona para que puedas seguir las huellas del Maestro dando con tu vida Gloria al Dios Altísimo.
Esta semana es un tiempo de caminar al amparo de la Virgen Santísima, para estar en cada momento en el lugar que corresponda; acojámonos a Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
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Buenos días.
Cada año la Santa Iglesia nos recuerda los episodios de la Pasión y Muerte del Señor, y el que nos presenta hoy desde el evangelio de San Juan, 13,21-38, nos ofrece algunos detalles que podemos considerar.
"En aquel tiempo, estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se turbó en su espíritu y dio testimonio diciendo: En verdad, en verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar”. Ya están sentados en la Última Cena y el Señor anuncia el devenir inmediato: 'Uno de vosotros me va a entregar'.
Medítalo con serenidad, con pobreza, con humildad, y escucha a Jesús esta afirmación actualizada para nuestro tiempo, para el día de hoy, ¿Y...?
Continua el relato evangélico: "Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía. Uno de ellos, el que Jesús amaba, estaba reclinado a la mesa en el seno de Jesús. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía.
Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó: Señor, ¿quién es? Le contestó Jesús: Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado. Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas hacer, hazlo pronto”.
Cuesta entender las palabras de Jesús: "Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado. Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas hacer, hazlo pronto”.
He aquí el Misterio de iniquidad; vemos cómo desemboca el mal que el corazón de Judas ha ido tejiendo, que terminará explotando y sin retorno, como se verá más adelante por el desenlace final.
Finalmente encontramos el diálogo de Pedro con Jesús, un diálogo atrevido e inconsciente: así somos las personas. Dice Jesús: "Donde yo voy, vosotros no podéis ir. Simón Pedro le dijo: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde. Pedro replicó: Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti. Jesús le contestó: ¿Con que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces”.
Dura aseveración del Señor: ‘¿Con que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces’. Creo que merece la pena reflexionar sobre lo frívolos que somos las personas tantas veces.
De la mano de María, nuestra Madre y nuestra Guía, seguimos estos días desde nuestro compromiso bautismal. AMÉN.
Emilio Castrillón
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Buenos días.
Como cada mes veamos y comentemos el mensaje de la Virgen María, Reina de la Paz, el día 25 de marzo en Medjugorje: "Queridos hijos, en este tiempo de gracia, orad conmigo para que el bien venza en vosotros y a vuestro alrededor. De manera especial, hijos míos, orad unidos a Jesús en su viacrucis. Poned en vuestras oraciones a esta humanidad que vaga sin Dios y sin Su amor. Sed oración, sed luz y testigos para todos los que encontréis, hijos míos, para que Dios misericordioso tenga misericordia de vosotros. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”.
Aunque breve es rico en el Amor de Dios, pues la Virgen Santísima nos pide: ‘orad conmigo para que el bien venza en vosotros y a vuestro alrededor’; el bien que parece estar muy alejado de los corazones de los hombres, cuando están aceptando hasta con naturalidad el mal como bien, mirar lo que dice el profeta Isaías 5,20: "¡Ay de los que llaman bien al mal y mal al bien, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!”.
Continúa diciendo la Virgen María: ‘De manera especial, hijos míos, orad unidos a Jesús en su viacrucis’; ello representa que el rezo del Santo Vía Crucis es recorrer con Jesús el camino de la Vía Dolorosa, que le llevó al Calvario, a consumar la Redención del género humano. El Vía Crucis es uno de los ejercicios de piedad más valioso por la unión con Jesús en el duro camino de lo que fue y de lo que es hoy, a través de su Iglesia, entregar su vida para la salvación de los hombres.
Agrega la Virgen: ‘Poned en vuestras oraciones a esta humanidad que vaga sin Dios y sin Su amor’; poco comentario vamos a hacer aquí cuando es algo que a la vista está y es fácil comprender, aunque cueste aceptarlo.
Y finaliza exhortándonos: ‘Sed oración, sed luz y testigos para todos los que encontréis, hijos míos, para que Dios misericordioso tenga misericordia de vosotros’; cada uno tendrá que ver cómo es ‘oración, cómo es ‘luz’ y cómo es ‘testigo’, para que seamos capaces entre todos de alcanzar la Misericordia de Dios, que nos libre de tantos males como nos acechan y amenazan.
Que la Virgen María, Reina de la Paz, nos fortalezca para que podamos vivir estos días de la Pasión del Señor, donde quiera que esté cada uno, con el espíritu y la entrega que se hace necesario. AMÉN.
Emilio Castrillón
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Buenos días.
Hemos llegado al primer día del Triduo Pascual celebrando la Cena del Señor.
Cuenta el evangelio de San Juan: 13,1-15: "Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo...”
‘Los amó hasta el extremo’, te amó, me amó, nos amó, hasta el extremo; ¿hasta dónde eres tu capaz de amar? ¿Dónde tienes el límite? Según a quién, dirás, pues, sea quien sea y dentro del orden de convivencia que se trate, debería ser hasta el extremo.
"...Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: ¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis”.
‘Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis’; como siempre el Señor es claro y contundente, no caben disculpas ni despistes para cuando las diferentes situaciones demanden nuestro servicio y nuestra entrega.A estas alturas pocas excusas, pocas justificaciones, caben para mostrar nuestro compromiso bautismal de seguir las huellas y ejemplos del Maestro.
Nuevamente hoy necesitamos la ayuda de María Santísima para poder hacer camino en la Pasión del Señor, con la dignidad y el corazón sencillo y humilde que se nos demanda. AMÉN
Emilio Castrillón
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